A pesar de una sensible e inspiradora conversación sobre la necesidad de los libros, la salvación por la lectura, esas voces escritas ayudándonos en momentos negros, hubo algo que no me sentó bien. Tal vez fuera la copa de vino dudoso sin haber cenado, o fumar en exceso, o incluso leer un cuento mío en voz alta donde tal vez no correspondía, en un bar, demasiado deprisa para no molestar (pero al acabar, los de la mesa de enfrente me agradecieron diciendo que su estancia allí se había hecho más feliz gracias a mi cuento) o la impresión de que alguien me reprochase vagamente mi privilegio de trabajar en casa o tal vez porque, como en mi sueño, todo estaba equivocado y eso produjo una secreta decepción en mis entrañas. Me he despertado a las 5 sintiéndome mal, y sólo agua, homeopatía y paciencia han logrado recobrarme. También yo, como mi vecino, habría dormido más en la mañana de estas prevacaciones, pero ¿qué puedo hacer? Vivo con los obreros de la casa, han saltado a la terraza un momento, suficiente, y luego han empezado desde el patio con la taladradora. Y yo que soñaba con el silencio de estos días...
"No tienes que enterrar la tristeza, sino ponerle palabras, porque la tristeza forma parte de la vida", dije ayer yo misma a quien me escuchaba. Así que yo no entierro la mía. "Per què sempre vols veure el futur?" me decía a veces G. de pequeño, con su sabiduría precoz, cuando yo expresaba mi fantasía pesimista de que las cosas malas se repetirían y cronificarían. "Algunas de estas cicatrices las llevarás siempre contigo", me dijo una vez mi antigua psicoanalista: esas voces negativas interiorizadas (la mirada de mi familia) que aprovechan cualquier pequeño incidente para soltarme sus pullas. Por suerte, cualquier cosa puede ahuyentarlas. Desmontarlas con una lógica plausible y racional. Hace un día radiante y la gata estaba caliente del sol de su terraza cuando he abierto la puerta (French window, término con historia para mí) para darle la comida.
Anoche empecé a tomar notas para mi conferencia de traducción y eso no era equivocado, sino feliz. Al volver tenía un email con la portada y las tripas de la antología de Funambulista, ese audio libro de distintos autores editado por José Ovejero, que está a punto de entrar en imprenta. En la portada aparecemos dibujados sobre un mapa de España. Me hace ilusión verlo en la calle.
Antes de dormir estuve leyendo la novela de Peter Cameron, pero parecía haberse contagiado de mi suerte (¿o yo me contagié de la suya? ¿O fue la expresión mínima del temor a una tristeza antigua de mi interlocutor de ayer? Como si al dormir, mi mente sin filtros lo hubiera mezclado todo, entrelazando mis hebras con las de ellos, sin separar realidad y literatura, fantasías propias y ajenas o sus ecos en las mías) y el pobre protagonista de la historia había caído en coma alérgico, atacado por furiosas abejas, y su despertar se alternaba con nuevas fases de ausencia. Cuando iba a apagar la luz y el móvil, sonó una extraña llamada tardía, una llamada completamente inesperada y osada de alguien especial, y su nostalgia y mis recuerdos de esa vieja osadía suya y su humor corrigieron completamente mi sensación. "Of course you were wrong", me dijo mi interlocutor. "And so what?" Y nos reímos. Me dijo cosas que necesitaba oír, pero seguramente fue su tono de voz, una voz que vibraba en mi cuerpo con tantas escenas para rebobinar... Sé que planeamos un encuentro en una ciudad intermedia, una ciudad francesa, y tal vez el encuentro no se produzca, pero ahí, en la vibración de esa conversación, con su estela de intensos moments of being compartidos, no puedo estar equivocada.
21 comentarios:
Es cierto, lo juro. Entro como cada dia a ver que entrada nos dedica, Bel. Leo el primer párrafo en la que ella describe sus "vicisitudes" laborales y las diferencias de opinión al respecto.
Pienso par mi: "jajaja no se dan cuenta que Bel pertenece a ál gremio de los funámbulos?" 1. m. Arte del funámbulo (‖ acróbata que realiza ejercicios), etc, etc. Sigo leyendo y me detengo asustada...........
Lo demás lo dejo para la reflexíón.
Me retiro un tanto asustada ( de mi misma),lo confieso.
Jazzy
Pero qué te asusta tanto? Todo encaja. Coincidencia o intuición o un poco de cada. Lee Bomarzo, de Mújica Laínez, allí todo eran signos significantes!
Ayer poco antes de las 9 de la noche y lloviznando pase junto al ginjoler. Realmente es un arbol precioso, tal como en la foto: sobrio y majestuoso.
Ir a dormir después de tener una agradable llamada telefonica de alguien especial es la mejor manera de acabar el día. Lastima que no tengamos una de ellas cada día.
Me alegro de que te gustara el azufaifo, Civislib. ¡Aunque es mucho más bonito en su primavera tardía!
Y sí, como dices, ojalá tuviéramos una de esas llamadas nocturnas y alegres más a menudo!
a mí también me ha gustado el relato de esa llamada nocturna, me gusta eso que dices de corregir una sensación, como darle la vuelta al día, cual un calcetín, y que de repente las cosas se ordenen, apoyadas en eso que viene de lejos y que ahora es una vibración
y los ocupantes de la mesa de enfrete a la escucha de un cuento "regalado", este post me ha hecho pensar en la crónica de esas columnas del New Yorker de maeve Brennan que me dejaste, y que me están gustando tanto, y a través de las cuales experiemento yo también algo de esa "salvación por la lectura"
en estos tiempos agitados para mi, los relatos afines me sostienen
Ah, cómo me alegro de que ese libro tan especial para mí de Maeve B. contribuya a la impresión de sostenerte... Y sí, esa escena de la mesa de enfrente parecía digna de otro cuento, mi interlocutor de ayer dixit.
Poner palabras a la tristeza. Me ha dejado pensado esa frase, y la palabra ahuyentar. Es cierto que a veces se mezclan lectura y vida propia, y no siempre de forma positiva y constructiva. Escuchar cosas que necesita uno oír. E intuimos que la dureza es sólo una cara de la moneda de la fragilidad, y viceversa. Espero tener en mis manos esa antología de cuentos..
impromptu.
Primera vez que te visito. He "sobrevolado" tu blog y en principio me atraparon las imágenes, y en este post eso de "ponerle palabras a la tristeza", quizás porque no me siento muy bien últimamente. Soy noctámbula, y no fue una llamada, sino tus palabras las que han ido cambiando mi estado. Beso
Lo decía Jean Rhys, y muchos otros escritores lo han hecho, la escritura es además terapéutica sólo por ese mismo "poner palabras" que coincide con la curación por la palabra del psicoanálisis. Rhys decía (lo pone en mi conferencia Literatura y psicoanálisis, que está aquíhttp://articulosisabelnunez.blogspot.com/2008/01/mesa-redonda-en-el-ateneu.html )
que al escribir notaba que el dolor se apagaba... Hay algo en esa trasposición, en esa traducción, que forma parte también de lo mejor de la amistad, la escucha de los distintos amigos, sus palabras nos sirven. Y cuando nada de eso, ni la lectura, ni la escritura ni la escucha de los amigos puede servir, está el psicoananálisis.
Bienvenida, Del lirium, esa respuesta también era para ti. Y gracias Impromptu, por querer leerme(nos)
Volví acompañada y recorrimos recorrimos hasta que encontramos en noviembre la foto de Gilda.. es hermosa! Urgente Titi-Tigri busca psicólogo, acaba de sufrir una crisis de identidad, jajá! Beso
Ja ja, dile a Titi-Tigri que Gilda tiene unos kilos de más (ahora que no me oye... No soporta que se lo digan. En cambio adora a V -blog el objeto a- porque llega y le dice Gilda, qué delgada estás...). Pero yo vi otra Gilda que vive en la calle de Cadaqués, flaquita como fue Gilda antes de operarla, pero idéntica con su pata enguantada y su pata blanca...
Acabo de leer algunos datos sobre la biografía de Rhys y me ha conmovido profundamente, positivamente. En una página web hay tres cuentos, y me ha parecido un escritura perfilada, exacta.
impromptu.
Su novela Wide Sargasso Sea, Ancho mar de los Sargazos es maravillosa. La idea de contranovelar Jane Eyre rescatando a la mujer loca del desván se convirtió en una revelación, para los cultural studies, las feministas y los estudios postcoloniales, pero sobre todo, es una novela también autobiográfica y de una rarísima sensibilidad. Sus cuentos de mujeres sin blanca en el París de entreguerras, los hospitales, también son magníficos.
regreso de cadaqués y me paseo por los blogs algo adormilado, tal vez envuelto tadavía por el rumor de la tramontana que despejaba las calles del pueblo de los habituales enjambres turísticos.
¿Todo bien por aquí? A veces unos pocos días no cambian demasiado.
Efectivamente, el lenguaje de los signos.Leí Bomarzo hace 25 años.
La luna y WSS:
"There was a full moon that nigth and I watched it for al long time. There were no clouds chasing it, so it seemed to be standing still and it shone on me. Next mornig Christophine was angry. She said that it was very bad to sleep in te moonligth when the moon is full.
WSS (Antoinette)" :)
( he pasdo por el Azufaifo, evocando y recordando a Gato Barbieri y su saxo , tocando "last tango in Paris", por no sé qué regla de tres, no veo la asociación)
Saludos afectuosos!!
Hola Cacho, benvingut a esta ciudad silenciosa de tiempo desapacible.
Y quién es el anónimo que saluda afectuosamente y oye a gato barbieri al pasr por el azufaifo? Como esos que llaman a la puerta y dicen "soy yo". Como aquel Louis que escribía a Roland Barthes una postal anunciando su llegada y Barthes repasaba todos los luises que conocía, intentando adivinar de qué luis se trataba. Algunos creen que su nombre o su estilo los hará inconfundibles, y tal vez lo sean, pero no para mí, que vivo en las musarañas...
otra vez yo. Lo siento.
jazzy
No lo sientas, Jazzy. Yo no reconozco a nadie, recuerda que soy miope, c'est ma faute!
El azufaifo de Paula, además de su giro sensual en busca de sol, me
encanta porque tiene lazos verdes.
Tu foto del árbol desnudo es tan invernal y escalofriante , parece de un país frío y severo.
La foto de Paula by G. es preciosa. Luz y calma en las tareas de Paula... muy bella.
He leído tus blogs para ponerme al dia. Me encanta leerte, me
vienen recuerdos de Anais Nin, Isaac D. y otros tiempos de lecturas femeninas. Tú estás siempre tan perceptiva a la naturaleza desde tu piso y el balcón a pesar de los taladros agujereándote como un colador,
sigues allí sensible y con tu espíritu primaveral y viajero.
Estas muy creativa se te nota.
Los sueños del mar, ¿qué mostruos ves?
Yo tengo muchos del mar y otras aguas pero los mejores son esos
profundos de animales con los que hablo o bailo y... me enamoro
a veces...
En la popa de un barco grande bailé con una ballena tan tiernamente... saltó del agua y nos abrazamos en un baile y nos mirábamos muy adentro. Ese lo recuerdo muy muy bien, te lo comenté una vez. Era
puro AMOR POTENTE!
Inés
Querida Isabel
No me has perdido como lector, en absoluto. Sigo leyéndote, con regularidad y con fruición. Y me encanta seguir de cerca tus relatos cotidianos. Tus tribulaciones con las obras, los operarios, los ruidos, la ciudad. Tus traducciones de urgencia (que tanto me recuerdan a mi padre, en mi infancia y adolescencia, traduciendo siempre en su vieja Olivetti). Tus entrañables referencias a los amigos y a tu hijo…
Hace algunas semanas, me encantó cuando explicabas el vértigo de asomarse a otras vidas al estar transitoriamente en casas de otras personas, o tan solo al entrever los interiores de las viviendas a través de las ventanas… Es una extraña y agridulce sensación con la que me identifico bastante….Y al leer tu blog se consigue también algo de eso, de vivir otra vida...
De vez en cuando te diré: sigo leyéndote, querida Isabel… no dejes de escribir… no dejemos de escribir….
M.
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