domingo, 14 de febrero de 2010

Sumergida

Foto: I.N., Cerca de los baños árabes, Girona, 2010
Ayer llegué a Girona en pleno après-midi y el Call se veía precioso y solitario en la luz grisácea. No me dio tiempo de echarle un vistazo a la exposición de Wifredo Lam (que nunca fue my cup of tea, pero de haberme sobrado tiempo habría espiado un poco). Había viajado en tren, añorando la época en que no había móviles en los trenes de este país (al atravesar cualquier frontera, la gente baja el volumen del timbre y de la voz, pero aquí parece que lo suban todo para exhibir su banalidad tediosa, de la que se enorgullecen, teatralizando su vida laboral, sus relaciones o incluso informando cansinamente de cada estación por donde pasan), leyendo y dormitando. Y antes de coger el tren me encontré a Friks, que iba con su amigo chileno, a quien le había recomendado con éxito que comprase mis cuentos.
Al fondo del barrio viejo de Girona, en una zona que han empezado a restaurar, está ese café librería tan agradable llamado Cafè Context, muy bien surtida de libros, llena de tentaciones y luminosa, donde di mi charla balcánica, que estaba planteada como una conversación, con un público que no puede ser muy numeroso, sino suficiente para formar un grupo y poder hablar tomando un café. Era gente receptiva, crítica y participativa, así que hablé de mis viajes balcánicos, de los escritores entrevistados, de lo que me contaron y leí, de cómo fue aquella guerra, de cómo surgió el libro, lo pasamos bien y acabé firmándoles libros a casi todos, la mayoría balcánicos, pero también mis cuentos.
Volví en coche y estaba tan cansada (de hablar) que acabé volviendo a ver El fantasma y la sra. Muir, esa película de Mankiewicz y Gene Tierney que le gusta tanto a Javier Marías y ayer me hizo más gracia verla, por razones varias, a pesar de esa tranquilizadora misoginia de la mujer maternal, que no es capaz de escribir ni una carta (sólo transcribe las aventuras que él le dicta, y a la forma del libro -responsabilidad de ella, podría deducirse- la desdeñan como "cosas de la gramática") y que opta por relacionarse sólo con un espiritu, en lugar de dar espacio a pasiones malsanas que nunca ha podido realizar. Su único talento es la belleza, la sincera tozudez y su instinto hacia una casa. Cómo consuela a muchos imaginar un mundo donde las mujeres fueran sólo eso, seres encantadores y fuertes que respaldaran y admiraran a sus hombres -únicos creadores y emprendedores-, y se entregaran sólo al amor y la ensoñación, inspirándoles a ellos. En un café de Girona había leído en Le Monde de un libro de Elisabeth Badinter donde critica la regresión cultural que obligaría a las mujeres a tener hijos (o a amamantarlos o a usar pañales de tela, por mandato supuestamente ecológico) y censuraría a las que no los tienen, considerándolas problemáticas o raras. También en le Monde comentaban el libro del psicoanalista y filósofo Jean-Pierre Castel enfrentándose al concepto deshumanizador de las neurociencias, que quisieran atribuirlo todo a la química y la neurofisiología sin dejar espacio a la historia personal, la subjetividad y los modos del inconsciente. Y en Babelia me gustó leer esa ensoñación stevensoniana de EVM con título tan sugerente, me hizo pensar en todos esos personajes (como el dúo Jeckyll-Hyde o el hermano maligno de The Master of Ballantrae; o como Betteredge, o Ahab, o Emma de Austen y Emma Bovary o Isabel Archer o el narrador niño de Le premier homme, o tantos otros que viven mezclándose con nuestra vida y pensamientos) importantes de nuestras lecturas que vuelven siempre en forma de situaciones y gente que conocemos. El otro día, en Fb, hablando con mi primo, fino retratista, en Fb., de cómo los buenos retratos, como los suyos, los que él pinta, se quedan impresos en nuestra memoria, le conté de una exposición que vi en Milán del retrato a través de toda la historia de la pintura y de cómo, al salir, y durante unos días, estuve reencontrando a la gente retratada en gente del metro o en desconocidos que me presentaban, tal era la fijeza e intensidad con la que me habían mirado desde sus cuadros.
En la charla balcánica y literaria de ayer, alguien acabó preguntándome por mis otros libros y sondeando cómo me enfrentaba a la escritura, cómo escribía, cuáles eran mis obstáculos o mis bloqueos, cómo utilizaba lo autobiográfico y lo integraba en una ficción.
Al salir de allí el frío era salvaje, pero la quietud y el cielo restauraban el espíritu.
El viernes tuve que saltarme un acto al que pensaba asistir porque el encuentro con M. (pese a que ella estuvo bien, y es que en situaciones sociales recobra cierta tensión y eso la ayuda a recordar palabras, y parece mucho mejor que por teléfono o al verla a solas; y es paradójico que ahora le ocurra casi lo inverso que antes de entrar en ese proceso de pérdida de memoria y afasia, y es que antes yo nunca podía concluir nada sobre M., que en situaciones sociales sólo repetía los más banales convencionalismos y estereotipos, pero que de pronto,en una conversación telefónica, decía de pronto un comentario inteligente y yo siempre me preguntaba: ¿cuál de las dos es ella?) o el vino de la comida o quién sabe qué me había dejado en un estado extraño, y aproveché en un impulso para llevarles un saco de libros a unos niños preferidos con los que asumí esa misión -me encargo de suministrarles lecturas-, entre los libros estaban los magníficos Cuentos completos de Beatrix Potter (alta literatura, que nadie lo dude), lástima que nadie haya reeditado la versión catalana, debida en parte a Francesc Parcerisas, o que no se decidan a encargar una traducción castellana a un escritor con instinto poético. En esta semana de traducción sin tasa, dedicada al catálogo de un artista psicótico, interno en el pabellón de incurables de un sanatorio mental durante casi toda su vida, y que recuerda lógicamente a artistas de las vanguardias -pues éstos se inspiraron en ese lenguaje visionario y autodidacta, igual que en el arte primitivo y en la experiencia onírica o alucinatoria-, o incluso a algunas obras del grupo Cobra, echo de menos más tiempo de lectura y entierro perpleja mi escritura en un lugar extraño e invisible, preguntándome si de verdad volveré a escribir alguna vez. Me doy cuenta de lo feliz que he sido estos casi dos años sin traducir y no quiero pensar en mi negro futuro: mejor concentrarme en resistir como sea estos tiempos difíciles y esperar que algo bueno acabe ocurriendo a pesar de todos los pesares.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífico Crucigrama dominical, Isabel, y vuelvo a decirte lo mismo, ¿qué estás haciendo sino escribir y comunicar? Ya sabemos que no es lo mismo que escribir un libro entero y en papel, pero los tiempos cambian y todo se transforma...leemos a través de una pantalla y escribimos así, aunque parezca más superficial. Como dijo José Hierro al comienzo de la era virtual, "Escribir con ordenador es como hacer el amor con preservativo". Pero seguimos...
con inquietudes, curiosidades...comunicando...

Mi intención era llegar a Girona también con el tren donde subo muchas veces, para escucharte, pero el frío gélido me hizo recluir junto al fuego y envuelta en libros que nunca acabo de leer.
Celebro que haya ido bien en la preciosa ciudad de Girona!

Y casi me ha emocionado que ayer volvieras a disfrutar de la preciosa película "El fantasma y la señora Miur", es una de mis preferidas que tampoco me canso de disfrutar! Debilidad por el mar, por la soledad y las casas abandonadas, con o sin fantasma... pero un fantasma así... creo que muchas mujeres lo querríamos.
Gracias por tu escrito, aunque te quejes de no escribir.
Haces mucho, das vida.
Salut!

Belnu dijo...

Gracias, Eva, lástima del frío, sí, y entiendo lo que quieres decir, pero no es lo mismo. Esto es sólo un diario, un desagüe, un lugar de acumulación donde no está el placer inmenso de la ficción, para mí la escritura del inconsciente, lo que no sé que quiero escribir y va surgiendo y luego necesita un trabajo de poda y refinamiento y al fin hay un momento en que ya sé lo que he escrito, o ese estado de ensimismamiento en el que las ideas nuevas van saliendo como burbujas que suben a la superficie y hay que cazarlas, al cerrar los ojos de noche, al andar por la calle, y se integran en esa ficción. No, eso no se puede comparar a nada.
El blog tiene su encanto, es un vicio, una consolación, y la inmediatez produce un efecto casi de droga, pero es otra cosa.
Y no soy la única, si te lees los diarios de Katherine Mansfield y los de muchos otros escritores comprenderás que no me estoy inventando nada; hay un terreno especial que yo ahora tengo abandonado, por fuerza

el objeto a dijo...

ah, me alegro de ese encuentro fructífero en Girona! Y me ha gustado eso que dices, tan justo, del consuelo de muchos imaginando ese tipo de mujeres sin abnegadas y sólidas, siempre a punto para servir de apoyo, sostén e inspiración, para hacerles brillar, y arreglarles la impoluta papeleta. Ese mundo de los hombres, el poder, los logros, el tener, éxito y dinero, es un mundo que se sustenta en las leyes del intercambio. Pero los que sueñan con eso (hombres y también muchas mujeres) no parecen entenderlo: ha de haber un intercambio, y no sólo ese lugar idealizado donde ellos relucen horteramente.
Leía estos días (robando tiempo a mi cárcel invisible en el metro) a Walter Benjamin hablar de la fascinación de los retratos en la pintura y la fotografía, también hoy en Philosophie cuando hablaban del cine mencionaban ese juego de espejos, de ausencias y presencias que entran en juego.

Belnu dijo...

Gracias, Objeto a, por traducirlo y explicarlo a tu manera analítica, ese intercambio necesario, en efecto! Sí, sé que muchas mujeres también pretenden imponer/se/nos esa fantasía perfeccionista, si sólo fueran los hombres no sería tan complicado!
Y la imagen gráfica de viajar en metro con su prisión invisible a cuestas pero asomando fuera gracias a WB...

Anónimo dijo...

Genial!
Justamente ayer estuve releyendo los Diarios de Katherine Mansfield, y Felicidad, precioso,(puse una cita a Bárbara Allende en Facebook, a quien espero hoy le den el Goya o Joya, ella lo es) y muchas otras escritoras que hablan de eso, justamente, "el miedo" a que desparezca la novela, el miedo a no poder crear tus mundos, el miedo a no poder "FLIPAR" ... Evadirte, a saber.

Dices bien, esto es un tubo de escape, "cul de sac", pero es algo, reciclamos... nos ha tocado!

Y sigo diciendo que seguimos vivas. Y lo celebro, no estamos solas, solos. Al menos este consuelo. (Katherine murió a los 35)
Te dedico una de tantas sencillas y sublimes de su "Diario":

"No existe ni una sola alma que sepa donde está. Ella lentamente se va, mientras medita todas estas cosas, mientras se pregunta como podrá expresarlas a su gusto, sólo pidiendo tiempo y paz."

Belnu dijo...

Gracias por la cita, Eva. Pero en mi caso, yo nunca diría que eso tenga que ver con ninguna evasión, ni con flipar. Yo no escribo visiones fantásticas, no tengo esas visiones, ni creo que me gustara crear un mundo de fantasía. A mí me gusta escribir a la manera realista, y lo que me mueve no es huir ni flipar ni evadirme, sino transformar una cosa en otra, transmutar el dolor, el descincierto, el asombro, la confusión en materia de escritura

Isabel Mercadé dijo...

Me alegro muchísimo de que fuera tan bien. Me gustaba mucho Girona, aunque hace años que no he estado.
A mí siempre me ha caído mal esa peli, ya desde pequeña cuando la vi por primera vez y no sabía bien por qué, sólo sabía que me gustaban más las pelis protagonizadas por Bette Davis, por ejemplo, incluso aquellas en las que era decididamente malvada.
Qué bien has descrito ese estado de ensimismamiento. Volverán las condiciones para que se dé, ya lo verás, esto es transitorio, seguro.
Últimamente hay un interesante acercamiento entre psicoanálisis y neurociencia. Aparte de A. Damasio, algo he leído en alguno de esos blogs dedicados al psicoanálisis...
Buenas noches, Bel.

Belnu dijo...

Muchas gracias, Bel M.
Sí, es interesante observar esos esfuerzos de acercamiento, aunque fuese para volver a la tradición humanista también en la psiquiatría y en liberar el espíritu científico de ese cientifismo de laboratorio farmacéutico...
Ah, yo prefiero pensar que aún no ha llegado la noche! Pero buenas sean para ti también

jacinto eduardo de ontañón (jedeon) dijo...

Por favor, Isabel, ¿no podrías evitar diseñar tu texto alineado por ambos lados…? Si lo alineas solo por la izquierda, resultará más poético, más dulce e íntimo, más de acuerdo con lo que expresas. Gracias y perdona la intromisión.

Belnu dijo...

Lo siento, Jedeón, a mí no me lo parece, me gusta mucho más así. Tengo entradas así al principio del blog y me resultan más feas. A lo mejor tú no compartes esto, pero yo creo que cada uno tiene derecho a hacer lo que quiera en su casa, igual que tú también puedes dejar de leerme, ya sabes, no es obligatorio venir por aquí!:)

frikosal dijo...

Que casualidad más grande encontrarte a los cinco minutos de haber comprado tu libro. Estas cosas yo pensaba que no podían suceder !

Belnu dijo...

Sí, fue un encuentro increíble! Sobre todo porque yo estuve dudando si ir directamente a la estación, o ir primero a tomar algo, y no estaba claro que hiciera ese recorrido, lo que aún reducía más las posibilidades...

JML dijo...

Tienes razón en tus opiniones sobre el blog. Somos como niños impacientes, necesitamos la gratificación inmediata de la escritura y eso se traslada a formatos como este o como los diarios personales. No dejan de tener su interés, pero esa otra escritura, lenta y oculta, que para ti es vida inconsciente y memoria... No sé, es como un amor desesperado; uno nunca sabe si va a ser correspondido. Pero hay que perseverar. A veces manifiestas aquí tus dudas sobre seguir con este Crucigrama, y créeme, te entiendo. Yo también las tengo, cada vez más, pero por el momento prefiero aplazar a concluir. Siempre hay que dejar puertas abiertas para el regreso, aunque uno tarde en volver. Además, creo que todo está conectado y que una escritura alimenta a la otra. Puede que de este "vaciadero" acabe surgiendo tu novela. Quién sabe...

Belnu dijo...

Gracias, JML, por el ánimo y las reflexiones inteligentes, que comparto, aun en mi condición de hormiga trabajadora...

Anónimo dijo...

Leí lo que escribiste (leo todo lo tuyo) sobre tu estancia en Gerona en torno al balcánico libro, y me alegré de que tu viaje te fuera provechoso. Me gustó muchísimo lo que escribiste en una de tus respuestas a los comentarios sobre la "felicidad" de escribir ficción, de perderte y encontrarte en esa suma de palabras que nos restan por vivir.
Ahora toca traducir y esperar, lo sé. Y es duro, pues "arde" como nunca en ti tu propia literatura. Se presiente. Se intuye en cada una de tus prosas del blog. Yo sólo puedo darte ánimos desde aquí. Pero siempre presente. Siempre verdadero, Bel.
A.G.

Belnu dijo...

Gracias, A.G. Vengo de una lectura teatral de las Cròniques d'Ultrason de J.V. Foix en el Espai Brossa, ese texto me encanta, y aún vengo envuelta en esa mezcla de oinirismo y de autoironía

nomesploraria dijo...

Hago casi a diario un trayecto en tren que dura unos 30 min. En más de una ocasión me he encontrado con personas hablando durante TODO el recorrido. Y no sólo hablando: berreando con el telefonillo de las narices.

Anónimo dijo...

Espero que esa inmersión sea en la escritura. Vi aquella película de Mankiewicz, y me gustó por ser algo bien hecho. Una historia que contar, esa cosa de las películas antiguas, con intrerés añadido, tal vez con otra forma de escritura.
La traducción no es tan mala tarea, si no fuera por los precios, supongo.
Y sí, tienen algo los retratos que has puesto.
iluminacines.

Belnu dijo...

Sí, Nmp, unos porque están orgullosos de contar sus banalidades al mundo y otros porque olvidan dónde están y las cuentan igual, ni se les ocurre que molestan o que alguien busque silencio para leer o pensar

Belnu dijo...

Pero Iluminaciones, ya te lo dije una vez. La inmersión puede ser en la escritura o en la traducción, pero nunca en ambas cosas. La traducción sustituye por completio a la escritura. Para mí es imposible alternar esos dos trabajos. Si he vuelto a traducir es para abandonar la escritura, no por voluntad propia, sino porque no sé ganarme la vida de otra manera. Si pudiera seguir con los cursos o tener conferencias como antes, podría volver a escribir. Quién sabe si algún día. Por lo demás, mientras traduzco, no hay energía ni tiempo para más

frikosal dijo...

"Por lo demás, mientras traduzco, no hay energía ni tiempo para más "

Pero seguro que aunque falte el tiempo y la energía, por dentro, o mientras duermes, o quien sabe cuando, tu mente va dándole vueltas a los temas incluso sin que te des cuenta, y va tratando de encajar ese puzle que una vez montado será tu novela.

Estoy convencido de que va a ser un éxito, y habrá sido un honor haber podido asistir a su proceso de escritura.

Fue un placer la conversación de ayer.

Belnu dijo...

Gracias, Friks! Ves como a veces no eres nada pesimista? Algo de eso hay, y así lo decía Stefan Zweig, estamos escribiendo siempre, aunque sea sin dibujar las letras... Pero también se preguntaba Henry James: ¿adónde van a parar esos pensamientos que no escribimos...?
El placer fue también mío!