lunes, 20 de agosto de 2007

Maeve Brenan y The New Yorker

Leo las piezas que Maeve Brennan escribió para The New Yorker con el extraño seudónimo "The Long-Winded Lady". No sé por qué pensaba yo que era long-winged, la de las largas alas, casi como un Hermes en NY, y no long-winded, que significa prolija, densa o larguísima, algo que no coincide con estos económicos, a veces mordaces, otras melancólicos escritos. El caso es que sus errabundeos por el Nueva York de los cincuenta y sesenta, siempre en bares y restaurantes populares, en metro y autobús sólo cuando intenta no fumar tanto, y en taxi muchas otras veces, realmente valen la pena y espero que algún editor de aquí se decida a publicarla. Maeve Brennan es la autora de una frase que yo cité para abrir mi cuento Crucigrama, "Home is a place in the mind". La frase pertenece al relato De visita (The Visitor), que publicó aquí Lumen, y que yo reseñé en La Vanguardia en 2005 (por desgracia, los responsables del nuevo sistema digital de La Vanguardia lograron que todas las reseñas desaparecieran de la web, así que no puedo poner ningún link; esas "mejoras digitales" que confirman que Spain is different: para que nadie pueda leer gratuitamente los artículos, desaparecen de google, de forma que tampoco nadie podrá decidir comprarlos).
Brennan se sienta en esos locales populares, a veces para hojear los libros que compra en librerías de segunda mano, pero siempre para mirar a su alrededor y describir lo que ve. Una vez, en una librería de la Calle Cuarenta y Ocho, entran tres necios ruidosos que gritan y se burlan de que hayan rebajado un libro de Marilyn Monroe y Brennan habla de su violencia y su envidia, vaticina que el tiempo les ajustará las cuentas y se refiere a ellos graciosamente llamándoles "Cruelty, Stupidity and Bad Noise". Luego sigue el traslado y transporte de una antigua granja de madera y la asocia en un requiebro casi filosófico a la noticia de la extraña solidaridad de unos gatos hambrientos que, al morir su ama, en Budapest, no se comen al pájaro que convive cautivo con ellos porque forma parte del grupo. Despotrica contra los editores que saldan los mejores libros para publicar otros peores, se pregunta por los orígenes de una pareja, ve pasar una manifestación anti-Vietnam, sigue el llanto desesperado de un niño y dibuja con sus pinceladas inteligentes a los personajes callejeros, que observa con una ácida ternura.
Es inevitable preguntarse por la melancolía que acabó convirtiendo a Brennan en indigente, a rechazar el piso que le ofrecía The New Yorker y aceptar tan sólo instalarse en los lavabos de la revista, para acabar muriendo en un refugio. Pero de momento, los secretos no se revelan tan fácilmente en esta escritura (sus heridas son mucho más visibles en The Visitor), salvo en la elección de esa otra mitad (retratada por Jacob Riis en un libro magnífico que yo traduje). Dice Updike que ella logró devolver la Nueva York real a The New Yorker. Sin duda esa sección maravillosa que era "The Talk of the Town" vivió con ella su máximo brillo. Yo propuse a La Vanguardia escribir una columna con mis paseos por la ciudad, pensando en ella (demasiado literario, fue el diagnóstico). Por supuesto, ni Barcelona es Nueva York ni yo pretendo compararme a Maeve Brennan (aunque mi amigo Dante Bertini me recuerda que en mis peores fantasías me veo homeless, con un carrito). Pero es un género que me inspira y me gustaría tanto tener una revista decente (de papel) donde escribir esos paseos, llena de caricaturas y dibujos, donde podrían colaborar nuestros bloggers dibujantes favoritos, y qué posibilidades daría una sección como esa... Si encuentro un patrocinador, tal vez me decida a hacer ese blog...
Y a todo esto, se me olvidaba decir que leo estas piezas no sólo por puro placer, sino también para una pequeña conferencia de diciembre... Y mientras, en el silencio y la brisa fresca de este día, aún no he decidido si voy a la fiesta argentina en Cadaqués, o visito a unos amigos en la montaña, con jerseys y calcetines...

33 comentarios:

Dante Bertini dijo...

maravillosa fantasía a la cual me adscribo...
la de la chimenea es Maeve?
dos preguntas:
cómo pudo acabar así?
por qué no iba a poder acabar así?

Belnu dijo...

Sí, es ella, la guapa pelirroja... Iba a mandártela y he pensado que mejor la ponía ahí.
Por qué no? Pues porque en mi fantasía, yo acabaría así por falta de reconocimiento (ya ves, no becas, no patrocinador, nadie apostará por mi escritura y yo dejaré de pagar el alquiler...)y me cuesta entender que algunos, a pesar del reconocimiento, no pueden ser rescatados de sí mismos, siempre escribo o hablo de ellos... y he decidido poner el resto de mis artículos en otro blog, empezaré con los que no pudieron ser rescatados...

Belnu dijo...

Y la primera pregunta, contestada a la gallega, con más preguntas: nunca se curó de las heridas de su infancia? casarse o juntarse con otro como ella acabó de rematar su descenso a los infiernos? pese a todo, vivió hasta los setenta y seis...

nomecentro dijo...

Las amistades que da la vida nocturna tienden a acudir en ayuda del que invita. El modelo USA de servicios sociales tiene el mismo déficit de humanidad que los ofensores de intrusos colados en su territorio.

Belnu dijo...

Perdona, Nomecentro, pero no veo la relación. Maeve Brennan no practicaba especialmente la nocturnidad, ella frecuentaba los bares y restaurantes populares para escribir de ellos en el New Yorker, y si enloqueció, fue seguramente por razones internas. Además, como he escrito, The New Yorker le ofrecía un piso, y ella lo rechazó y optó por la indigencia, por razones internas, no sociales. Y hablamos de los 50 y 60.

nomecentro dijo...

Seguro que conocía a 200 veces más personas que yo a mi edad y a mí no me preocupa en absoluto tener un final ni remotamente parecido. Nunca experimentaré esa sensación de desamparo. Se habrá retirado en los 70 y justo en los 80 oyó como la adminstración Reagan la llamaba 'peso muerto' y 'mecanismo defectuoso'. En los 30 años siguientes a los 60 el país se hizo el doble de rico. El que en la opulenta NY de hoy se contentara con ofrecer la caridad de un servicio sería un ser que apesta la tierra. Me puedo explicar que lleguen tiempos en que sean una escritora y sus gustos los que sobren en una librería, pero no que nos parezca algo normal el aceptar situaciones tan indignas.

Belnu dijo...

Seguimos sin entendernos. Maeve Brennan acabó en la calle por su locura, no por la Administración Reagan. Era una excelente escritora, y no la mató ni la falta de reconocimiento ni la economía, justo cuando empezó a publicar y a ser reconocida, empezó a desequilibrarse, por razones otras, seguramente por el horror vivido en la infancia. Seguramente tú no puedes comprender eso, mejor para ti si no temes. No tiene nada que ver con la falta de seguridad social americana. Ella se identificaba con los marginados por una razón interna, no sociológica. Tiene que ver con un maltrato familiar, no con el dinero. No sé si es que me explico muy mal o que tú lees demasiado deprisa, pero aquí no estamos hablando de eso.

nomecentro dijo...

Perdón por interrumpir el hilo. Me preocupó dejarlo sin aclarar porque tu frase 'aquí no estamos hablando de eso' me sonó un poco dura: Lo de la escritora que quizá no esté en su lugar se refería al Cruel/Stupid signo de los tiempos que vio en la calle 42.

Belnu dijo...

N, no, perdona tú si he sido brusca, como aquí no hay tono... Quería decir que el caso de M.Brennan no era ese, que comprendo lo que dices, pero yo ahora hablaba de otra cosa y es de las heridas internas o la enfermedad psíquica que puede llevar a alguien a la calle, por ejemplo, a pesar del reconocimiento y del éxito, como le ocurrió al actor protagonista de Zabriskie Point o al escritor americano Tristan Egolf... les rescatan, pero ellos vuelven a bajar inevitablemente. Esa figura me interesa y preocupa. Y auqnue el tema social y político también me interesa, era por no confundir. En cuanto a los cruel, stupid and bad noise, sólo eran tres zopencos que se metían con marilyn monroe y rompían el silencio de la librería con su zafiedad, efectivamente, signo de los tiempos, es lo que llena nuestras calles

nomecentro dijo...

Habiendo quedado tan claro que la enfermedad mental es algo muy diferente a una opción personal o estilo de vida elegido, vuelvo a pedir disculpas por ser mal pensado.

Belnu dijo...

Sigo sin entender o sigo disintiendo. Creo que ella elige esa forma de vida porque hay algo roto en su interior. Yo no diría tanto enfermedad mental, creo que todos tenemos partes sanas y partes más enfermas, unos más que otros, o en cualquier caso, predominan más unas u otras. Pero no clasifico las cosas como tú. Me temo que las opciones personales también están condicionadas por esas patologías o partes sanas. Lo único que en este caso no era la causa era lo social, diría yo.

Anónimo dijo...

bueno, no deja de ser sintomático que eligiera vivir en un/a/seo, y no de urgell, precisamente.
tendría que lavar viejos pecados?
o purgarlos quizás? jejé, hoy estoy fino para el análisis...
in-cesto con su padre robert?
la madre nunca aparece...se la sacaron de encima?
tal vez vivió bastante para poder "asear" su karma...
ácimo y de ayer

Belnu dijo...

Ácimo de ayer, ya lo veo, ya... No debo de estar yo muy en sintonía hoy, sólo se me ocurre decir cosas como: Qué frivolidad...

Dante Bertini dijo...

la falta de levadura
puede producir frivolidad...
o locura

Belnu dijo...

ja ja... creí que era al revés, que las levaduras eran alucinógenas...

Anónimo dijo...

horror! dos veces el mismo estúpido comentario!
podrías borrar uno por favor?

Belnu dijo...

Ya está! Anoche olvidé pasar la escoba... éste tuyo lo publico por lo de brioche de tango... siempre me maravilla tu capacidad de diversificar tu nombre!

Anónimo dijo...

(gracias)

Belnu dijo...

es la verdad

iluminaciones dijo...

buscaré algo de la Brenan..
gracias por la recomendación

el objeto a dijo...

precioso post, bella mujer y triste pero linda historia. Me la imagino en esos cafés y bares (los que más me han gustado de todos los numerosos países recorridos, por ese especial anonimato que ofrecen en medio de tantas vidas distintas, con su refill de café...) Envidio ese periodismo inteligente y cosmopolita de otros países francófonos o anglosajones, a falta de esas revistas soñadas, ya sabes , yo sigo fiel a mi Elle francés! Brillante el primer comentario de Brioche de tango, sí, por qué no iba a poder acabar así? tantas heridas interiores que pueden hacer que todo el castillo de naipes se desmorone, que se rompa la vida por dentro sin que nos demos cuenta.
Gracias por tu crónica literaria y vital!

Belnu dijo...

Gracias a ti, por tu lectura especial! Contesté a este comentario en un cutreciber de Cadaqués, junto a los troncos gigantes de esos plátanos de la entrada y por lo visto nunca llegó a su destino! Yo también me compré el elle francés, pero al contrario que tú, que los desdeñas en verano (o en vacas flacas), yo casi sólo los busco en verano, me dan una sensación de ociosidad y vacaciones, el invierno me devuelve al frenesí y al no-tiempo, y ya lo olvido...

Squirrel dijo...

Me gusta mucho tu blog y cómo escribes. A mí también me intriga la figura de Maeve Brennan y he escrito una entrada en mi propio blog http://cheguevarandebussy.blogspot.com/. Espero que te guste.

Belnu dijo...

Gracias, Breckinridge, iré a visitarte en cuanto encuentre a la gata y pueda irme, y volver al cabo de un rato... se ha escondido!

Anónimo dijo...

Sólo dos apuntes para los que estais leyendo esta entrada...
Lo primero es que Maeve Brennan no era pelirroja (era castaña).
Lo segundo y más importante es que era irlandesa pero se exilió voluntariamente a EE.UU. (Nueva York), lo cuál POSIBLEMENTE tenga mucho que ver con su desequilibrio emocional/mental. Ni incesto con el padre ni se libraron de la madre. Tuvo una relación complicada con ambos, pero por motivos culturales y generacionales... y quizás artísticos también: se piensa que su padre, también escritor, estaba un poco celoso de su éxito.

Belnu dijo...

Oye, no sé qué quieres decir. Si William Maxwell dice que era pelirroja, él que trabajó con ella y la contrató y fue su amigo, yo le creo a él. ¿O estabas tú allí? De incesto no ha hablado nadie aquí, ni de librarse de la madre. No sé si es que contestas a otros o a quién.

Belnu dijo...

Y eso de que se exilió voluntariamente tampoco está bien dicho. Ella decidió quedarse cuando el resto de su familia (excepto un hermano) volvió a Irlanda, tras el mandato de su padre como primer embajador de Irlanda en Washington. Y que interpretes su decisión quedarse allí sea un signo de desequilibrio me parece totalmente delirante. A ella le iba mejor la laica Nueva York que la sociedad religiosa, asfixiante y conservadora de Irlanda en aquella época. No sé qué biografías lees ni de dónde sacas esa información...

Anónimo dijo...

aclaraciones:
-lo del incesto y de que se libraron de la madre no era por tu post, sino por el comentario de alguien más, ahí más arriba.
-Lo de pelirroja por las fotos que he visto. pero bueno si William Maxwell dijo eso, pues vale.
Lo del desequilibrio emocional por sentir que no tenía un hogar, me parece una conclusión bastante clara y bien documentada a través de su obra. No es en absoluto delirante. Que prefiriera quedarse en NY ("exilio VOLUNTARIO" le ha sucedido a muchos escritores, por motivos políticos, ideológicos, etc...)no quiere decir que esa decisión en sí no suponga un desasosiego existencial por estar a caballo entre dos culturas y no sentirse completamente en casa en ninguna de las dos. Me remito a sus temas literarios e incluso citas de sus obras y cartas. ¿Eso te parece delirante? ¿el hecho de que no se sintiera en casa en ningún sitio?

Belnu dijo...

No sentirse en casa en ningún lado no lleva a hacerse homeless, muchos escritores fueron desarraigados y no acabaron en la calle ni en un lavabo público. Y en cuanto a esa idea del hogar, en fin, a veces más vale no tenerlo, la familia puede ser una institución maldita. Yo he leído igual que tú sobre su vida y sus cuentos autobiográficos y sus piezas de NY, tú eres libre de interpretar las cosas como quieras, pero yo también lo soy; para mí nadie está en posesión de la verdad, menos sin argumentar en concreto.

deirdre.firean dijo...

Acabo de volver a encontrar este blog después de muchos meses (¿años?).
Sólo quería decir que probablemente hayamos leído los mismos libros: la única biografía que hay sobre ella (la de Angela Bourke) y sus relatos y novella. Sinceramente, no pretendía insinuar que estaba en posesión de la verdad. Más bien decía que, para mí, los motivos de su desasosiego eran en parte fruto del desarraigo, la nostalgia, el sentir que no pertenecía completamente a ninguna de las dos sociedades/culturas que conocía etc
Tu interpretación estaba muy clara en tu post pero yo quise añadir la mía, puesto que me pareció bastante diferente.

Deirdre.Firean dijo...

ah, y sí ha habido muchos escritores desarraigados en la historia y ¡desde luego no terminaron todos viviendo en un aseo!
Pero se me ocurre más de uno que se volvió alcohólico o que se suicidó... o ambos.

Belnu dijo...

Yo sigo disintiendo, creo que el desarraigo o el arraigar en un lugar depende también de algo interno. Y ella, que escogió vivir en NY y no volevr allí, parecía sentirse safe and sound en la laica NY, a salvo del horror vivido en su infancia irlandesa y las monjas. Tú has leído esas piezas neoyorquinas? No son de una desarraigada en absoluto, además de sus amigos y su pasión por la ciudad. No parece que hayamos leído los mismos libros (para mía la biografía aporta poco, y otros críticos norteamericanos piensan como yo). Es lógico que hayamos leído "libros distontos" puesto que cada lector pone su lupa en lo que ve de sí mismo o le interesa, y no ve el resto.

Deirdre.Firean dijo...

hablas de las piezas de "The Long-Winded Lady"? porque yo tenía más en mente sus relatos sobre Herbert's Rretreat, en los que siempre critica a modo de "outsider" que observa e ironiza sobre las dos clases sociales que allí conviven. Y en sus piezas irlandesas siempre está la imagen de la familia y algo de nostalgia. Por supuesto que ella prefería NY, y que eleigió quedarse allí, y por supuesto que tenía pasión por esa ciudad... pero ella se definía como "a traveler in residence" pero siempre tenía en mente Irlanda y pienso que esta doble identidad cultural tiene mucho que ver con su desarraigo.
Tengo en mente también su pieza de prosa poética "A Daydream" que escribió ya hacia el final de su vida...