miércoles, 12 de septiembre de 2007

En La Vanguardia


Foto: I.N., los ombúes de Cadaqués, 2007


El jinjolero y su dríade

Finalmente, la presión vecinal ha conseguido salvar de la tala o trasplante y segura muerte al jinjolero de la calle Arimon, convertido ya en emblema de una ciudad medioambientalmente más sostenible. Si en Murcia le llaman jinjolero, ¿por qué no llamarle siempre así, que también es correcto, en vez del más farfullante azufaifo?

El jinjolero es un árbol aquí algo raro, que por esta época del año madura unos pequeños frutos más bien ásperos que no tienen aprecio comercial alguno. Y además pincha, porque sus ramas son espinosas.

Por eso dicen en Mallorca que en todo jinjolero anda emboscado un moix, o gato: porque araña. Pero, aunque no pueda abrazarse, el jinjolero es un árbol mágico. Sus frutos tienen algunas virtudes antiespasmódicas. O incluso también narcóticas. Se ha dicho que es el fruto –¿prohibido?– que comen los lotófagos en el célebre pasaje de la Odisea. Y en Italia, de alguien que está flipado, o un poco tonto de amores, le dicen que “está en caldo de jínjoles”...

En mi infancia hay un jinjolero como hay un níspero y un granado, y un albaricoquero, y un ciruelo, y un peral, y un cerezo, y una higuera. Y siempre sospeché que fue alguien con secreta intención quien plantó los árboles que decoran lo que tradicionalmente llamamos el bosc perdut, en el lecho del torrente, al oriente de la casa. Además de algún manzano y de algún membrillero había por allí muchos frutales como primitivos, con sus bayas salvajes: lledons, atzeroles, serves... Cohabitando la espesa penumbra, sugerían, efectivamente, un paraíso en el que creer posible alimentarse uno sin el sudor de su frente.

Años atrás planté un jinjolero a instancias de mis paisanos los luthiers Pau y Xevi Orriols, que aprecian tanto estos árboles que no sólo tienen controlados los pocos que hay en el término, sino que estimulan que los amigos vayamos plantando algunos. Y que crezcan para que en el futuro puedan dar la madera para la fabricación de sus tenoras, tibles y demás derivados del oboe popular.

El jinjolero es la madera reina para la construcción de instrumentos de viento. Las gralles viejas todas son de azufaifo. También lo eran las mejores castañuelas. Su madera tiene unas propiedades sónicas muy especiales. Es densa y sin poros, pero blanda para ser trabajada. A diferencia de las maderas africanas como el ébano, o como lo puedan ser las de los frutales del país, la madera del jinjolero le da al instrumento un timbre particular.

Por eso adquiere una significación especial que, en la fiesta por la salvación del jinjolero de la calle Arimon que se ha anunciado para este próximo domingo a las siete, suenen las gralles y versos tan hermosos como éste de Blai Bonet: “Quina tremolor antiga / dir ‘ginjoler’, i sentir / la lluminosa distància / entre el color d'una branca / i el seu nom que en mi sona!”.

El jinjolero de Sant Gervasi se ha salvado gracias en especial a Isabel Núñez, que ha sido la dríade de este árbol. En la mitología griega la dríade era la ninfa protectora de los árboles. Escribe Feuerbach en un pasaje de La esencia de la religión que “los griegos creían que cuando un árbol era abatido, su alma, la dríade, se lamentaba e invocaba la venganza del destino contra el sacrílego”.

Evitado el arboricidio, esperemos ahora que sea pronto una realidad la ‘placeta del ginjoler’. La estima por el entorno inmediato es la base de toda mejora ciudadana.


ORIOL PI DE CABANYES


8 comentarios:

nomesploraria dijo...

Prefiero azufaifo a jinjolero. Es más moro. Azufaifo y ginjoler, sí.

Anónimo dijo...

¡Qué bueno el artículo de Oriol Pi de Cabanyes que ha salido hoy en La Vanguardia! Ahí tienes otro motivo de satisfacción. Eres única. ¿Nos vemos el domingo a las siete? Confírmame por favor, día, hora y lugar de la fiesta. Gracias. I.V.

Anónimo dijo...

LA DRÍADA! es veritat i viuràs tants anys com el teu arbre! 200 o potser més :)
Nmp.

Anónimo dijo...

Isa, enhorabuena, me ha encantado el artículo y lo de que tú seas una driade más, besides con toda esta media attention, estás creando una tendencia.que también dará sus frutos.
Justamente en el libro de los Ángeles hay un capítulo dedicado a los elementales (ondinas, ninfas, salamandras y gnomos) y formulas para que te socorran. Aunque a partir de ahora todas las ninfas te van a proteger espontaneamente...
M.

Belnu dijo...

A mí también me gusta mucho la palabra azufaifo... tan árabe. Y ginjoler, tan alegre. Dice Júlia S. que también se dice "més ràpid que un gínjol" porque las azufaifas, tan pequeñas, van rodando...

Belnu dijo...

Gracias, gracias, generosos, todos estos ánimos para contrarrestar los malos tratos del Distrito y de otras personas que venden muy cara su ayuda, con rites de passe humillantes a cambio.

el objeto a dijo...

no sabía lo de las castañuelas! con lo que me gustan a mi, su madera tan suave y repicante. Estupendo artículo! Y sí, te va muy bien lo de la dríade, valerosa y protectora.

Belnu dijo...

Sí, de pequeña me encantaban las castañuelas!