sábado, 1 de julio de 2006

Reciprocidades entre Crucigrama y La fría llamarada

Foto: Petroglifs, Manel Armengol Fuera de mis grandes lagunas de ignorancia no tenía constancia de los wolof (pero vete a saber tu que inconsciente colectivo he removido en mis neuronas) ya que en realidad mi intención era acercarme fonéticamente al "lobo estepario", porque W. es la amoralidad y el primitivismo en su quintaesencia: es, digamos, el retrato exacerbado del hombre que desaparece.Tus generosas palabras me dejan en un precario lugar y a la vez me prodigan la enorme responsabilidad de ofrecer un grado supino de mi elocuencia.Con tus relatos me pasa algo inversamente similar, ya que me hacen revivir (¿reconocer?) esa vida metropolitana pasada y ver reflejados con lacerante precisión los tics, desencuentros, expectativas, privaciones, anulaciones... de una existencia convulsa que en parte ha nutrido las andanzas de W, porque como explicarte sin confundirte que la protagonista de tus relatos es la mujer que W. perseguiría de haber habitado alguna de sus vivencias. Ella (o Ellas) transmite la ambigua fragilidad de un cuchillo de hielo que te penetra con su indiferente solicitud, al igual que el pico del águila lo hace en las entrañas del Prometeo encadenado, que curiosamente es primo lejano de W., el cual también rechaza a su manera a Pandora; si tuvieseque definir a tu protagonista sosias sería así, llena de virtudes pero con una caja llena de adversidades bajo el brazo. Ya ves, todo anida en todo, hasta lo que creamos con nuestro cuerpo-mente.Y no has infringido cap proposta. Era una simple idea que no tiene mayor relevancia, ya que si has sentido la necesidad de revelarme cosas no seré yo quien te lo impida. Lecturas Sin darnos cuenta todos escribimos un fragmento de ese gran libro general, adaptando las ideas que surgen de los más insospechados recovecos de la ausencia.La memoria personal se transforma en adivinanza hiperbólica, los amantes en caligramas, la fiesta orgiástica en desnudez corporativa.El rito de la escritura como selección biológica. La psique de una niña-mujer que espera ser acunada en la cálida asfixia de los brazos de un ángel iletrado. Las maltrechas calles del reino de los besos inertes. Esa sombra que se acomoda en el pliego de una ingle anónima que gime variaciones. Nadie te había dicho que sería todo tan complicado, pero las respuestas del crucigrama se ocultan en las mismas líneas que separan a cada una de sus celdas. Hoy Mi último mensaje fue una reescritura del trasfondo de tu libro, ya que no deseaba entrar en un terreno crítico sino más bien recreativo, hacerme con tus postulados y vivencias, intentar desvelar el misterio de la esforzada femeneidad oculta en el entramado y el de la sutil promiscuidad latente, esa delicadeza con la que describes situaciones conocidas pero a las que otorgas categoría iniciática, ese pristino estilo tuyo "ninfático", contrapuesto al "linfático" que practico, mientras el calor madrileño se soporta, más porque al caer la noche siempre suele aparecer la brisa y el cielo adquiere una tonalidad mágica que me devuelve la confianza I.

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