jueves, 18 de noviembre de 2010

Anoche, en el Teatre L'Atlàntida de Vic

Foto: I.N., Rufus, el sofá y la plaquette, 2010
En el ciclo Pas a dos, a las 20.30, Víctor Sunyol y yo hablamos de Danielle Collobert y de la traducción que Antoni Clapés y el propio Sunyol hicieron de su Il donc, Allò doncs y Montse Vellvehí leyó algunos de los poemas. Víctor Sunyol trazó su perfil vital y poético, habló de la experiencia de traducirla a cuatro manos y definió muy bien la escritura y el radicalismo de la Collobert, que se suicidó el día que cumplía 38 años. Yo leí primero un texto de (su amigo y editor) Uccio Esposito Torrigiani sobre ella, y después leí entero el texto de mi conferencia publicado como plaquette en Cafè Central, y que puede encontrarse en las librerías Laie, La Central y Xoroi, Danielle Collobert, Naufragi en un mar de paraules, que es un texto sobre el dolor, el goce lacaniano, los amigos, la escritura. Y al final leí un fragmento de prosa de la Collobert, que había traducido al catalán, un texto que marca su abandono del puesto de profesora de filosofía en un instituto y el principio de su peregrinación y su escritura.
En Vic hacía un frío radical, helaba y la niebla baja generaba una humedad en el suelo, como si anduviéramos por un pantano. Pero me gustó ver desierta esa plaza maravillosa italianizante, que Dolors Udina calificó de la millor plaça de Catalunya, y el casino, y sentí deseos de volver a la luz del día para ir al museo y a la catedral.
Curiosamente, en ese espacio impresionante del Teatre Atlàntida (Centre d'Arts Escèniques d'Osona), no había calefacción, ni tampoco en el restaurante al que luego fuimos a cenar, y yo estaba helada. El frío me mordía los huesos. Hoy he madrugado mucho, tenía que desayunar y cumplir con las seis horas de ayuno necesarias para una ecografía, y después del té no podía dormir, así que me he echado en el sofá a leer lo que más me apetecía, olvidando todos mis deberes, ya que a esas horas me consideraba de vacaciones. Así pues, como diría Sagarra, me he zampado las primeras cincuenta páginas de El mundo bajo los párpados, de Jacobo Siruela, perfecto para soñar sin dormir, hondamente borgiano en la atmósfera (aunque con una escritura más neutra y ensayística), no sin humor y libertad en el tono y realmente sugestivo en su recorrido del mundo onírico a través de la historia, con esos sueños de monarcas guerreros, o sueños de cristianos primeros donde se filtra lo pagano, o los sueños anticipativos como las pesadillas de Lincoln antes de ser asesinado, aunque su punto de vista sea junguiano y no freudiano y algunas menciones a lo freudiano me parezcan a mí reductivas (para completarlo, espero que me llegue esa Historia del sueño de Mauro Mancia, que encargué al librero de la calle Berlinès, y que él mismo recomendaba en la radio). Me dijeron que no cita el libro de Sueños de Teodoro W. Adorno, que es mi favorito sobre el tema; tengo que comprobarlo. Pero el libro de Jacobo Siruela, además de esa sagèsse en la ingente documentación bibliográfica, que muestra su pasión investigadora, tiene a veces ese elemento misterioso de un thriller poético y jamesiano, y reúne con soltura el mundo de los fantasmas de Henry James con la atmósfera de Hitchcock. Me encantó la paradoja de los sueños de Descartes.
Rufus es un compañero perfecto para el sofá. Apoya la barbilla en la manta que me cubre y expande su ronroneo y su vibración onírica con una suavidad maravillosa. Ayer, sumida en un agotamiento considerable y sabiendo que luego tendría que resistir la nocturnidad teatral, me eché una breve siesta en el mismo sofá y me pareció que el sueño de Rufus multiplicaba la profundidad del mío y me ayudaba a cruzar esos (para mí) largos umbrales del sueño (hay gente que tiene unos umbrales tan ínfimos de entrada en el sueño que se duerme mientras habla, lo cual, a los que tenemos que recorrer un largo túnel carnoso o arquitectónico para llegar a adentrarnos en ese reino onírico, nos resulta casi ofensivo).
Creo que ayer, la presentación de Collobert salió bien, réussie; se notaba en la vibración de nuestras voces en la sala, en el silencio atento del público y los aplausos del final, aunque yo me olvidé de especificar que iba a leer un texto mío, ese Naufragi en un mar de paraules y que la plaquette podía encontrarse en esas librerías, publicada por Cafè Central. Luego, algunos se acercaron a preguntarme y comprendí que no lo había aclarado. Además, fue muy agradable el encuentro, y también las conversaciones de antes y después.
Por cierto, acabo de darme cuenta de que ayer era mi santa; claro que antiguamente se celebraba el 19, o sea, mañana. En realidad, hace años que no me felicito en esa fecha, pero siempre siento que me falta un regalo. Creo que el personaje era una reina de Hungría.
Al levantarme temprano he oído cantar un mirlo (¿un vestigio de la primavera?) y he visto cómo la sala se iba llenando de la luz del alba. Y ahora el sol se está levantando y enciende una luz detrás de unas nubes altas, que parecen florescencias luminosas.

16 comentarios:

Dante Bertini dijo...

¡No paras, Isabel!
Y se agradece...

Belnu dijo...

Gracias, Bertini! Mucho ruido y pocas nueces!

´´ dijo...

Sí que es bonita la plaza de Vic, apunto a Danielle Collobert, ¿Te pase una entrevista en la contra de La Vanguardia a Siruela?

Belnu dijo...

Sí, Francis, me la pasaste y ahora ya no me acuerdo si la pude leer o fue el artículo...

Icíar dijo...

Bueno, pues felicidades por ayer y por mañana.
¿Y por qué se suicidó? (no hace falta que contestes)

Belnu dijo...

Mil gracias, Icíar! Lo cierto es que su infancia había sido ya negra, con la deportación de su tía y no sé si su madre, y nunca encajó bien en el mundo. Apoyó el FNL en Argelia, tuvo que exiliarse en cierto momento, estuvo en Praga en el 68, pero creo que desde muy joven ya pensaba y escribía d ela muerte. La literatura le permitió flotar un tiempo hasta que ya no.

Isabel Mercadé dijo...

Ya te lo dije, pero quiero repetirlo aquí. Me encantó esa plaquette, esa reflexión a la que llegas atravesando a Colobert sobre el dolor propio y el de los otros, el dolor como goce e incluso como constructo sobre el que se apoya el edificio entero y la resistencia y el miedo a perderlo, el miedo a la soledad o a no ser nada...

Belnu dijo...

Gracias, Bel M! Yo le tengo afecto a ese texto porque fue sólo por la obstinación amable de Clapés y gracias a Colette como se hiló. Pero siempre me sorprende que a los demás les guste, no sé por qué, que no piensen que he barrido fuera...

Belnu dijo...

Ah y el otro día me alegró porque la "Reina de la traducció" me dijo: "Escrius molt bé en català. Podries..."

Xavier Perarnau dijo...

A menudo aprovecho mis viajes de trabajo para ponerme al día de mis largas listas de lectura pendiente. Y ademas es un placer el aislamiento que proporciona cruzar distancias, suspender tiempos y sumergirse en el universo que propone el texto y reconstruyo en mi.
Para acompañarme en un viaje previsto para ayer y que finalmente quedó suspendido, tenia casualmente en mi maletín la plaquette "Naufragi en un mar de paraules", cuya disponibilidad debo a tu amabilidad todavia no correspondida.

Y, tal vez por causa de mi insaciable curiosidad, aun sin haberme todavía acercado a Collobert, me ha interesado tu referencia a un fragmento de prosa suya por ti traducida sobre su abandono del puesto de profesora de filosofía en un instituto y el principio de su peregrinación y su escritura. ¿Esta editado?

Belnu dijo...

Xavier: No, traduje ese texto (al catalán) para leerlo ya en la conferencia de l'Alliance Française de Sabadell y lo leí también en Vic. Son dos textos de hecho, muy breves, una página o así. Pero si quieres leer su poesía en catalán, la traducción de Clapés y Sunyol es excelente, Allò doncs (Eumo). Entiendo que no has leído la plaquette. En realidad, en mi texto no hablo directamente de ella, doy vueltas al dolor en la literatura y en la vida. Pero efectivamente, sirve para un viaje, incluso en metro, porque se lee enseguida.

Xavier Perarnau dijo...

No ciertamente no he leído todavía tu la plaquette. Tal lo haga este fin de semana que invita al recogimiento domestico, o tal vez en uno de los numerosos trayectos que deberé hacer la proxima semana entre Barcelona, Madrid, Lleida y Mallorca.
Me apunto la referencia de la poesia de Collobert, gracias, si bien lo que suscitó mi súbito interés fue el texto que refieres de su abandono del puesto de profesora de filosofía en un instituto y el principio de su peregrinación y su escritura.

Belnu dijo...

Xavier: que yo sepa, ese texto sólo está publicado en el primer volumen de sus obras completas, Oeuvres I (P.O.L.), con una intro de Françoise Morvan (y las obras Dire I, Meurtre y etc). Ahí lo encontrarás enseguida. En el II volumen están los diarios...

Xavier Perarnau dijo...

Gracias Isabel

civisliberum dijo...

Encantadora la ciudad de Vic, la Plaça Major con su suelo de tierra, como siempre, el Museu Episcopal que es una maravilla y una Universidad que le da una vida cultural impensable para una ciudad de 40.000 hab.
Por cierto hoy en el Avui toda una pag. de cultura dedicada a Cristina Nuñez, muy interesante, no se si es pariente tuya.

Belnu dijo...

Gracias, Civislib! Es mi hermana, se lo diré, por si acaso no lo ha leído.