martes, 8 de julio de 2008

De Cadaqués, el Jardín del Ateneo y el azufaifo

Foto: I.N. Otro jardín en Cadaqués, 2008
Volví de Cadaqués tarde, en un atasco indescriptible que se agravaba en los peajes porque, como es frecuente en este país, aunque las compañías no den servicio -no se podía circular-, nos siguen cobrando, y nos rodea ese estado general de ineficacia completa, como en la política y las infraestructuras, porque como me decía alguien hace poco, en las administraciones, en las empresas, en la educación, en todas partes, ya no se elige gente por la calidad de su trabajo y sus conocimientos, sino por su "lealtad" al sistema/mercado; para acceder a un cargo sólo importa no ser conflictivo, cerrar la boca, mirar a otro lado. Por eso en cuanto hay un problema, ya sea la sequía, la construcción de un túnel o la decisión con un plan educativo, todo sale mal, nada funciona, y la sección de Francesc Arroyo en El País, "No funciona" debería crecer y ocuparlo todo. Nada funciona.
La ciudad está sucia y mi barrio es una cantera, un parque de grúas sin árboles y los pocos que quedan están condenados por el ayuntamiento. No puedo disfrutar de la relativa frescura porque el ruido de las máquinas es insoportable y me obliga a cerrar las ventanas. El polvo también se arremolina y la gata prefiere estar dentro.
Yo había ido a Cadaqués, acogida por la hospitalidad de Tessie Morandi, para preparar la mesa redonda de ayer, el primer Diálogo en el jardín del Ateneo que organiza el librero de la calle Berlinès con el Espai Freud. Allí estuve, en una zona apartada y silenciosa, con jardines de pinos arqueados por el viento, en forma de terrazas, con gatos salvajes (uno pequeño y negro que me reconoció al momento y saltó a mi regazo, y que venía a mi encuentro saltando campo a través cuando yo volvía a la casa de un paseo.). Hasta el domingo había logrado permanecer al margen y evitar mis recuerdos, en ese barrio apartado y en el mar, y cuando crucé el pueblo para ir a la librería de Joan Tharrats, me asaltaron de golpe desde las casas, los árboles y la luz y me sentí comme si j'avais mil ans, me sentí más que herida, foudroyée, y al mismo tiempo deseé imperiosamente quedarme allí siempre en aquella luz, habitar una de aquellas casas del pasado, o quizás otra, antigua y distinta, y me pregunté si sería yo como esos viejos que no pueden ir a ningún sitio porque todo les duele, y al mismo tiempo sentí también, más fuerte, el deseo de escribir, de escribirlo todo (il faudra tout dessiner!).
Y anoche. El jardín del Ateneo es un lugar inspirador y su tradición republicana e ilustrada intensificaba la impresión de que era el mejor lugar para hablar de lo que hablamos. "No hay escritura sin memoria". El público era también propicio y acogedor. Salvador Foraster presentó el acto, explicó que el Espai Freud intenta que el psicoanálisis tenga más presencia en la vida cultural de la ciudad y su explicación, de propósitos y actos, me produjo una sensación muy esperanzadora. Cada una leímos nuestro texto, y abordamos la memoria histórica, yo desde la escritura y ella desde el psicoanálisis. Tessie Morandi diseccionó, con su precisión lacaniana multisémica e inteligente, algunas de las cosas descubiertas y aprendidas en ese estudio valeroso, con testimonios y pacientes, del dolor histórico negado en este país y de los mecanismos de transformación. Nos faltó tiempo para decir y hubo cosas que se quedaron ahí flotando. JH quiso hablarnos de Lorca y de la brutalidad contra la cultura y contra la libertad sexual, contra la diferencia. Yo me quedé pensando que no había precisado que en efecto había en el franquismo esa brutalidad contra la diferencia que me recordaba a la brutalidad del régimen de Tudjman y Milosevic contra esas mujeres libres (allí la homosexualidad está tan oculta que ni siquiera tuvieron ocasión), contra todo lo que se aparte del patriarcalismo. También quería haber dicho del trabajo de Ian Gibson y cómo para mí, ese libro primero editado en Ruedo Ibérico a principios de los setenta fue un revulsivo que me ayudó a ver lo que pudo haber sido y lo que fue, con toda su violencia. Mi padre también recitaba a Lorca y tenía la edición de Aguilar de sus obras completas que yo heredé.
Una psicoanalista explicó por qué la memoria es conflicto. Una médica explicó que a veces las familias sólo se autorizaban a recordar cuando quien se había exiliado volvía. Yo le pregunté a Tessie por esa pregunta que debería estar y no está en la escucha de los profesionales de la salud mental y de la salud en general, esa pregunta que sí está en países como Alemania, a cada paciente se le pregunta qué le ocurrió -o a sus padres o abuelos- durante la guerra (y la posguerra, aquí). Hablamos del silencio y la negación. Yo fui saltando de los Balcanes, la guerra civil y mi propia guerra civil de la infancia. Hablamos de la escritura como una forma de preguntarse, de recordar, de construir Antes le había leído mi texto a G. "Està molt bé -me dijo-. M'agrada molt com ho relaciones tot..." Y el Jardín del Ateneo fue para mí, durante esas horas, un reducto de afinidad cultural e ideológica contra el horror que nos rodea. Al acabar, unos cuantos nos fuimos a comer jamón, acompañado de una conversación afín. Y así descubrí que (y es que tengo que ponerme las gafas para ver al público) la combinación de colores y formas donde se dirigía mi mirada miope, en el público, era justamente Anna Miñarro, la otra psicoanalista que me invitó, con Tessie Morandi, a formar parte del proyecto Trauma i Transmissió, y cuya firmeza radical en los temas de la memoria me produce siempre alegría, la sensación del encuentro afín que Emily Dickinson describió en uno de mis poemas favoritos, que siempre cito y me sé de memoria.
He recibido algunos comentarios. José Hernández, en la lista de Xoroi, escribe:
La cadencia continua de la fuente del jardín romántico del Ateneo Barcelonés parecía marcar el ritmo sereno de la noche de ayer. el vaivén no era otro que el de las palabras de un diálogo, de una conversación entorno al nexo, a veces ambiguo, entre memoria y lenguaje. Isabel Núñez y Teresa Morandi ofrecieron a los oyentes dos perspectivas convergentes de un mismo argumento: la memoria como proceso re-velador que, a través del lenguaje, permite construir más allá y más acá del la pasividad de la queja. Aunque no hay juicios posibles: cada uno hace lo que puede (¿o lo que quiere?) con el proprio trauma y, como alguna oyente nos recordó casi al final de la velada, la relación entre vivencia y expresión es (por suerte) de una complejidad que a veces asusta. Para mi la conversación que tuvimos anoche había empezado en realidad algunos días antes, durante la presentación del libro La plaza del Azufaifo, de Isabel Núñez. En Sant Gervasi, de manera solitaria y a modo de monólogo casi interior, empecé, in darme cuenta, a deshojar la margarita de un recuerdo atrasado, casi prehistorico, en el que el lenguaje (y su elaboración, es decir, la literatura) tenían una función casi providencial. El diálogo vino en realidad poco después, gracias a la lectura (compulsiva) del libro de la Núñez y al aliento de honestidad con el que están escritas sus páginas. Una mezcla de memoria y deseo en el lenguaje, como si detrás de las palabras se escondiese un funambulista que recorre, arriesgándose, la cuerda de un ayer que se convierte en hoy, recubierto por un rayo que no cesa. Pura literatura.
Y por email, mi pensante amigo JCM:
Sí, em va agradar. Gent molt sensible.
Tu vas aconseguir que l’escriptura fos l’eix de la xerrada i això va ser bàsic.
Tornant a casa vaig pensar sobre la dificultat de precisar les relacions entre la dimensió subjectiva i la social o col·lectiva; vull dir que la subjectiva és al meu entendre incomensurable i queda definida per la diferència mentre que la social no tant;
També és important, pensava, la relació de la memòria amb l’exercici del poder, no només del poder com a dominació sinó el poder com a instrument al servei del bé general.
Una tesi, realment la que sortiria d’això.
Gràcies per fer-me pensar.
Y en la lista del librero de la calle Berlinès, Felip Domènech escribe:
Ayer por la noche tuve la suerte de asistir a un acto emocionante e inolvidable. Era la primera vez que me acercaba al Espai Freud y espero asistir al resto de diálogos. En el silencio del jardin, con los árboles, plantas y el agua del estanque como decorado, las palabras adquirían una densidad y un protagonismo mágico. Un excelente diálogo en un marco de lujo. Como de lujo fueron las intervenciones de Isabel Núñez y de Teresa Morandi. Sus palabras no se las llevará el viento, han quedado inscritas en mí, nieto de represaliados en la posguerra. Las cárceles del franquismo, el sufrimiento de mis familiares y el mío propio, también están inscritos y escritos con fuego y con sangre en lo más profundo de mi ser. Muchas gracias a las dos y al Espai Freud por ayudarme a leer y a entender estas dolorosas letras..
Dice V: El jardín es un poco laberíntico; me gustaba eso. Era muy bonito, yo me senté en un banco con M, y A. llegó un poco más tarde y se sentó en otro lado... Estuvo bien, quedó muy bonito, elegante, tu voz se oía perfectamente, clara, precisa... No hablasteis mucho de escritura o literatura, eso fue un poco lo que me faltó, pero me gustó porque me daba la sensación de que habías realizado un recorrido bastante grande este año y en tus palabras se encontraba el poso y la fuerza que te habían dado todas esas cosas, en fin, felicitats.
A mí me faltó tiempo, es verdad, entre otras cosas para entrar en esos libros que flotaron ahí, libros de la guerra que sólo pudimos visitar con citas, rodear con palabras, intentar explicar en media frase (otra conferencia, me dice L). Y al mismo tiempo creo que la escritura estuvo siempre ahí, junto con el dolor histórico y el peso de su negación y la forma en que el psicoanálisis aborda su transformación (en escritura!) en recursos vitales. Pero el tema de la memoria y sus ecos en el presente, tan ensombrecido y amenazante, nos invadía inevitablemente. Hoy, esas palabras de otros que he copiado más arriba, y la idea de que mi libro tenga esos lectores y de que les inspire me hace feliz.
Y en cuanto al azufaifo, a pesar de su esplendor, el ayuntamiento permite que el terreno se degrade más y más. Ceden el solar a otras constructoras para que entren grúas, tiran dentro tablones que se unen a las basuras de los vándalos. No permiten que nadie entre a limpiar, sólo a arrojar inmundicias. Las ratas siguen ahí, camufladas por la vegetación y la propia basura. Desdeñan el riesgo de incendios y desdeñan la salud pública. En ningún país europeo civilizado se permite que alguien, privado o municipal, cree un vertedero urbano en plena ciudad. Tal vez forma parte del mismo resentimiento del que hablé y la idea de ratas merodeando por Sant Gervasi no les desagrada. Ayer me llamó una periodista del Avui que quería hablar de lo que está pasando en Barcelona con los árboles. También me llamó otra de El Periódico. Yo no pararé. Nos arrancan los árboles y la sombra y dejan que todo se degrade. Una amiga que acababa de volver de Ginebra comentaba su desazón al pasar de aquel verde cuidado y lleno de pájaros, aquel patrimonio arquitectónico preservado, aquel silencio de sólo lluvia y pájaros, a este ruidoso estercolero. Esos son los políticos a quienes pagamos.

23 comentarios:

frikosal dijo...

Esos atascos a mi me hacen perder toda la energía acumulada durante el fin de semana. Y el peaje al final parece una burla.

Últimamente han sido varias las ocasiones en que el psiconálisis me ha sorprendido por su capacidad de poner el dedo justamente en la llaga.

Debo aclarar que yo parto de un mundo muy alejado y a priori, escéptico. Pero algún comentario en el encuentro de bloggers en el Ateneo, el "mito individual" del que habló el otro día A., este mismo título "No hay escritura sin memoria".. en fin, que cada día me parece más sugerente, me hubiera gustado estar alli. Debió ser un acto espléndido en ese jardín del Ateneo.

Belnu dijo...

Ya sabes que yo soy fan y yo sé de tu escepticismo. A mí ese lenguaje siempre me sirve.
Pero al margen de eso, el acto tuvo algo mágico, en ese lugar, por el jardín, por la significación republicana ilustrada, por los vecinos que miraban desde un balcón, por el público tan interesante que hubo... Era un reducto maravilloso.
En cuanto al atasco, me pareció muy extraño, difícil de creer.

Ephemeralthing dijo...

Me alegra que haya algunos periodistas que empiecen a interesarse por el tema de los árboles de la ciudad. Gracias a ti, dríade.
En cuanto a ayer, desde ya hace un tiempo cuando leo prensa, blogs, sus comentarios, ..., tengo la sensación de repetición, de aburrida y pesadísima reiteración. Los mismos problemas, las mismas cuestiones y todo enunciado como si fuera inevitable, algo lógico que no puede ser de otra manera. Todo de una tozudez que hace que uno dude de la inteligencia de las personas, siempre defendiéndose desde posiciones inamovibles. Uno ya tiene una edad y la memoria empieza a ocupar bastante espacio.
Para mi ese fue el tema de vuestro diálogo de ayer. Esa idea de que la memoria, no el recuerdo sesgado, como muy brillantemente apuntó una de las personas del público, puede ser un remedio al constante regreso compulsivo a las mismas cuestiones y actitudes. Actitudes que consisten en estar siempre "trabajando" contra algo, no creando, sino destruyendo o complicando más todavía las situaciones.
El proyecto de estudio en ese sentido, dirigido por Morandi, me parece muy loable e indispensable. Las anécdotas "clínicas" que fue narrando eran clarificadoras y removieron de alguna manera mi percepción del sufrimiento que he conocido en muchas personas, algunas muy cercanas.
Las citas fueron muy interesantes y de entre ellas me ha quedado una, tu recomendación de la lectura de una novela, "Los girasoles ....", de la que te voy a pedir el favor que recuerdes el título completo y el autor. Prometo en la próxima "reunión" ir con papel y lápiz, ayer no hubiera parado de anotar, no sólo sobre lo que escuchaba, también sobre lo que iba "ocurriendo" en mi cabeza.
Agradecer además a S. Foraster, el librero, el programa que ha organizado. Tengo la sensación que llena un vacío en la ciudad.

Belnu dijo...

Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez (Anagrama). Él lo consideraba una novela, pero también puede verse como relatos ligados entre sí. Es un libro brutal y maravilloso donde nadie se salva. Sólo uno de los relatos no me convenció, pero los demás son formidables, en especial tres de ellos. Al acabarlo sentí que Méndez no estuviera vivo, que no hubiera podido escribir más, no poder saber cuál era su relación con ese material, tan lleno de verdad, tan resistente, tan pesimista y tan bien contado. Es una muestra de que el horror o el dolor también puede convertirse en literatura.
Gracias por tus palabras, Eph, me gustó mucho verte allí.

el objeto a dijo...

ahh, me encantó esa explicación de la lealtad al sistema/mercado, del por qué se encuentra tanta gente sin brillo ni deseo ni nada especial que decir ni hacer, en puestos importantes de gestión y decisión, y por qué en cambio cuando alguien tiene un proyecto un poco auténtico y propio se le relega sin pestañear,

fue un estupendo arranque dels Diàlegs del Jardí y una velada preciosa. Me ha gustado esa fugaz crónica de tu paso por cadaqués,

hoy me ha parecido ver una maceta con un naranjo para plantar en el terreno del ginjoler??! en cualquier caso, el azufaifo sigue exuberante

Belnu dijo...

Ese naranjo enfermo, que ya estaba pachucho cuando lo plantaron, escuálido, en la calle, por lo visto empeoró con la obra y lo metieron en ese terreno del azufaifo donde todos tienen llave pero para arrojar basura, no para limpiar.
Sí, a mí también me gustó esa explicación que viene en parte de C, marido de TM.
Y el encantamiento del jardín del ateneo, mezclado a la memoria histórica y a lo literario es real, todos lo vimos... ¡¡¡Una buena idea de Salvador!!!

Ephemeralthing dijo...

Ayer no me di cuenta y comenté "logueado" desde mi cuenta de gmail y no desde la de mi blog. No me gusta parecer misterioso o enigmático, en realidad "anónimo", pido disculpas.
Otra de las cuestiones, entre tantísimas todas interesantes, no sé si fuisteis conscientes pero debe ser que el diálogo da la oportunidad de que se hable casi en plan "tormenta de ideas", fue el olvido que supone el que en el barrio del Forum no haya ni un sólo recuerdo a los fusilamientos del Camp de la Bota. Estuve buscando en Google detalles sobre los hechos, para recordarlos, mira tú, y encontré que antes de la nueva urbanización si existía una placa memorística. Su texto era el siguiente: A tots els afusellats en aquest indret i a totes les víctimes de la Guerra Civil: "Que en els meus anys de joia recomenci/ sense esborrar cap cicatriu de l'esperit./ O Pare de la nit, del mar i del silenci/ jo vull la pau, però no vull l'oblit." Màrius Torres, 1942.
No sé qué "departament" de ciudadanos habría que crear para que los megafuncionarios puedan seguir con su ilusión infantil de ir convirtiendo esto en Las Vegas y al mismo tiempo los barceloneses que vivimos en la ciudad podamos mínimamente sentirnos en casa.

A pasar un buen día.

Belnu dijo...

No entiendo bien tu comentario, Eph. Yo hablé de lo del Camp de la Bota en el Jardín del Ateneo. ¿No lo oíste? Lo dije claramente. Y sé que había una plaquita, creo que en algún sitio aún está (yo no piso ese lugar), pero lo ofensivo es construir ese falso foro encima, tapar la memoria. Allí no había que hacer nada, dejar un vacío y la placa para que la gente pudiera llevar flores o pensar en silencio, o uno de esos monumentos sensibles, humildes, sobrios, que hay en algunos lugares (Dani Karavan para Walter Benjamin en Portbou o mejor, los Stolpersteine en Berlín, o aquel rincón de Liebeskind del museo judío, etc.)

Gise =) dijo...

Antes de leer el post queria decirte que fui a la caixa y me acorde de vos porque hay un cartel enorme, de una campaña de la Caixa "junts, pels espais naturals de BArcelona" y es para recuperar el espacio natural de los Parques de Barcelona, Parc de la Serralada Litoral; Parc del Garraf; Parc Natural de Sant llorenç de Munt i l'Obac; y el de Collserola... Podría el gobierno tener estas iniciativas, y esperemos qu esea verdad lo de la Caixa y no solo publicidad para quedar bien...
Ademas me acorde de vos porque en la portada del Periodico estan los del G8 plantando árboles en Japon... podrian venir acá solo para salvar los que intenta tirar el ayuntamiento...
Besotes azufaifa y me paso a la tarde a leer el post con detenimiento!!!!!!!!!!!

Belnu dijo...

No me fío ni un pelo de esos, Gise. Me encantaría que fuese verdad, pero para mí, si hubiera justicia, los banqueros estarían todos en la cárcel. Y en cuanto a los del G8, hace dos días decidieron que ya no habría más ayudas a África. Tras venderles semillas asesinas (esas que les arruinan), armas a punta de pala, introducir percas que devoran y destruyen toda la fauna del lago Victoria y enfermar y esclavizar a la población, ahora deciden que no más ayudas. Está muy claro: de África les interesan los diamantes y otros minerales, pero la prefieren sin humanos. De manera que por mí, esos monstruos ya pueden plantar árboles, tendrían que estar en la cárcel también. Pero ojalá fuese verdad y el mundo fuera de otra manera...

frikosal dijo...

Me temo que tiene toda la razón Zbel en este punto. Yo les he visto hacer alguna barbaridad, justamente cerca de esos lugares que ahora dicen proteger. Esto debe ser pura propaganda, una reacción a la "otra" caixa, que ya controla una enorme extensión de terreno, supuestamente es para preservarlo pero me dan miedo.

En Inglaterra existe una fundación que desde hace años compra zonas y las protege.. allí nadie tiene que sospechar que terminen edificándolas.

Belnu dijo...

En efecto. Alguien que acaba de llegar de Estocolmo me hablaba de los árboles allí. Y una amiga que venía de Ginebra lo mismo. En esos países la gente protesta si se toca un árbol, y a veces se tocan, pero son excepciones, están llenos de verde y hay leyes que los protegen. Nosotros vivimos en una especie de Tercer Mundo arboricida.
Y la caixa y el G8 forman parte del auténtico eje del mal...

Ephemeralthing dijo...

Siento el malentendido, pensaba que se daba por supuesto que comentaba sobre asuntos de los que se hablaron el lunes en el Ateneu. A eso me refería, a tu mención, entre tantas otras cosas, de esa placa memorística en el Camp de la Bota. Lo que no me quedó claro es si todavía está o la repusieron, el olvido municipal al que me refería, pero veo que ahora lo afirmas, aunque no sepamos donde.
Berlin es una ciudad donde me encuentro a mi mismo, cada año la visito desde el 94. A pesar de lo que ha cambiado en esta última década, ¿tendrá que ver que el recuerdo y la memoria es una presencia constante?.
Sigo recordando citas y otras cosas del diálogo. ¿Cómo era la cita de mi admiradísima Maria Zambrano que Derrida calcó casualmente con la misma intención?

Belnu dijo...

'Hay cosas que no pueden decirse', y es cierto. Pero esto que no puede decirse es lo que se tiene que escribir."
María Zambrano, Hacia un saber sobre el alma. Madrid, Alianza 2001.
"De lo que no se puede hablar, no basta con callarse. Hay que escribirlo."
Jacques Derrida, La tarjeta postal. México, Siglo XXI, 1986.
Esas son las dos citas. A mí también me gusta Berlín y la pasión por la memoria, aunque Enzo Traverso alerta de ese exceso memroialístico como una sustitción del no-hablar. Pero desde aquí alivia, es maravilloso. Qué suerte, cada año, ¿y qué tienes allí, aparte de la propia ciudad?

Belnu dijo...

Ay, ya copié las fotos... puedes quitarlas si quieres de flickr...

Ephemeralthing dijo...

"..... ¿qué tienes allí, aparte de la propia ciudad?"
La ciudad sería suficiente: la ausencia de chovinismo, el espíritu conservacionista que ama lo bello y útil y no lo desecha aunque esté viejo, sus cafés y su música, su historia, su cultura pretérita y actual, su atmósfera plácida y a la vez estimulante, etc., etc., ... y, ¿puedo decirlo, aunque estamos en Bcn: sus graffitis!!
¿Viste mi tierna e irónica entrada sobre los árboles "enfermos"?:
http://ephemeralthing.blogspot.com/2008/07/bon-weekend.html
Aparte la ciudad también hay otras causas, una sobrina, amistades barcelonesas y algún que otro alemán que viven por ahí. Profesionalmente ningún asunto, es decir que esos lazos no son obligados.
No conozco los trabajos de Traverso, tampoco estaría yo de acuerdo con una "memoria" propagandística, que es a la que se recurre por aquí. El texto de Màrius Torres que he transcrito antes creo es impecable: "A tots els afusellats en aquest indret i a totes les víctimes de la Guerra Civil". No se menciona ningún bando y no creo que eso evite la reflexión crítica, al contrario.
Acabo de recordar ahora un monumento en el parque berlinés de Friedricshain a los brigadistas internacionales que combatieron en la guerra española. ¿Dónde hay en bcn uno?, ¿existe?.
Gracias por las citas!

Belnu dijo...

La verdad es que a mí me parece injusto. ¿Por qué a todas las víctimas? El país está lleno, llenísimo de memoriales por los caídos de los vencedores, y en el Camp de la Bota sólo se fusilaron a los vencidos. Y los vencedores tuvieron víctimas en los 3 años de guerra, pero los vencidos siguieron cayendo y cayendo engañados y masacrados y encerrados y desposeídos, usurpados e impedidos de ejercer su ocupación. En ese lugar sólo debería haber un memorial por quienes fueron muertos allí, y aún así, el platillo de la balanza estaría desequilibrado. Ya leíste en El País que hasta en el franquista valle de los caídos, como no tenían bastantes cuerpos de héroes fascistas para llenarlo, se apropiaron de cuerpos de vencidos y ahora las familias los reclaman. No, esto no se hace así, y aquí no hay nada para los brigadistas, ni siquiera la pensión que les dieron en Francia a los supervivientes de los campos, nada.

Dante Bertini dijo...

También estuve tocado por esa nostalgia sin remedio que siempre me trae el verano, prendida de las imágenes amigas: sombras que nunca más serán.
También me debato entre dejarme matar por esos sentimientos confusamente dolorosos o aceptar el paso sin regreso de los días, las vidas, los seres queridos.

Esta gente que gobierna es de verdad muy mala; siempre me negué a creer en el mal y el bien, esa fórmula binaria sin posibilidad de grises, pero ahora, frente a hechos como los que veo cada día retratados en periódicos y noticieros o los que escucho narrados por los vecinos y amigos, luzbel asoma nuevamente como una realidad atroz, escapándose de las estampitas infantiles para ocupar corruptos puestos de gobierno. Los puedo ver en sus despachos, decidiendo muertes y talas, destrucciones y eslóganes.

Fue raro verte en Cadaqués; casi un sueño fuera de hora, siestero y huidizo, aunque sin rasgo alguno de pesadilla.

Belnu dijo...

Luzbel no me suena mal, se parece a mi nombre, aunque yo no me siento demoníaca.
Lo mejor, amigo Cacho, es consultarle a Federico. Los gatos irradian tranquilidad.

Ephemeralthing dijo...

Me gusta ver cine europeo de los años 60s y 70s porque de muchas maneras resultaba premonitorio. Años en los que todo era cuestionado y la búsqueda de alternativas al tipo de vida de las clases medias era algo común. Es decir, todo lo contrario a los gustos y valores actuales.
Ayer tomé prestada en la biblioteca municipal y estuve viendo "Le diable probablement" (1977) de Robert Bresson. Casualidad que cachodepan haga esa alusión a Luzbel pues en la película, Bresson era católico practicante, hay una referencia explícita a ese mito del mal como causante de tantos desastres. Casualidad también que el padre del personaje protagonista sea un empresario que explota la tala de árboles para la industria.
Hoy descansaré y cambiaré de registro, veré "Vertigo" del maestro Hitchcock. Maestro sobre todo de la ensoñación y sublimación como modo de supervivencia.

Belnu dijo...

Yo no recuerdo que el diablo se haya llamado nunca Luzbel, sí Lucifer o Belcebú, y me da la sensación de que habléis de mí, pero en cualquier caso, nunca me he dedicado a la tala de árboles ni a la inmobiliaria, aunque uno de esos ´malvados imite mi apellido, no tengo nada que ver. A lo mejor lo del azufaifo os parece malvado, quién sabe...:)
Esa peli de Bresson no la recuerdo. Vértigo la he visto demasiado y he tenido que traducir muchos textos sobre esa película, para un catálogo de la Fundació Tàpies hace tiempo. Se ha escrito tanto sobre ella... La verdad es que es maravillosa, pero ya no tengo ganas de verla, sobre todo ahora, porque haría crecer mi agujero melancólico. La muerte otra vez rondando. Necesito cine, sí, o quién sabe qué, para neutralizar ese efecto terrible. Espero que perdonaréis si os malinterpreto.

Ephemeralthing dijo...

¿Luzbel?, es el nombre del grupo de rock heavy más popular en Méjico. Imáginate si es equivalente a Lucifer, Satanás o el diablo. Seguro.
J´ai trouvé ça:
http://thecinema.blogia.com/2006/113001-le-diable-probablement-1977-robert-bresson-el-diablo-probablemente.php

Perdonada.
Mañana he quedado para ver "Funny games" de Michael Haneke, que me suena en medio de la tormenta de ideas del lunes hablasteis de él en algún momento:
http://www.blogdecine.cl/?p=124

Belnu dijo...

Eph, hoy no me entiendes. Debe de ser que me explico mal, en mi ofuscación. Ya sé que ese es uno de los cientos de nombres del diablo, es más, los tengo todos en un antiguo libro esotérico precioso. Sólo lloriqueaba un poco, pero veo que tampoco puedo lloriquear en mi "casa", tal vez sea mejor así. En este momento, hasta que me llaméis indirectamente demonia me cae como una losa. Lo verás tal vez cuando acabe el próximo post, estoy triturada, pero tampoco tienes por qué entenderlo.