jueves, 8 de diciembre de 2011

Mientras


Foto: I.N., Rufus de Bengala, al sol, 2011
Hoy he salido a pasear antes del apocalipsis, para disfrutar de la calma y el sol antes de que mañana seamos expulsados del euro y de que el dinero se devalúe el 40% y nadie pueda sacar lo que tenga en el banco (si es verdad lo que promete M. Castells) y mientras los ricos ya hayan cambiado sus euros por lingotes y divisas o hayan abierto cuentas en Finlandia. He visto a algunos que se resignan al che sarà sarà, muchos simplemente no tenemos nada que salvar e intentamos no imaginar esos escenarios terribles de mis sueños, los periódicos siguen anunciando las peores medidas, las que hunden más a cualquier país (Vicenç Navarro lo explica claramente aquí), he escuchado gente que prefiere culparse y habla en primera persona y gente que prefiere huir o tomárselo con humor mientras pueda.
He estado leyendo una novelita de terror victoriano escrita en los cincuenta que me comprometí a prologar y aún no sé cómo empezaré, cuál será la frase que me arrastre, he seguido preguntándome si tengo algo que decir de un libro de poemas que me pidieron que presentara (esta mañana le dije al poeta que no, pero luego, mientras me duchaba, se me ocurrió una idea), he pasado la mañana corrigiendo lo que ahora escribo, sumida en unas dudas casi metafísicas de las que no sé cómo salir y en un proceso que me hace sentir expuesta a ciertos peligros. Sigo leyendo de forma salteada los cuentos de Alice Munro, y traduciendo textos sobre Dalí. Ayer acompañé a una amiga a la tienda de antigüedades indias de J., que sabe explicar la procedencia, el uso y los mitos que envuelven a cada una de las figuritas. Luego, ella y yo comimos rápidamente y pesé a todo llegué tarde a ver al hombre que escucha, que intentó darme algunas claves para mis dudas de escritura, pero el tiempo corría demasiado. Estuve mirando las sombras de los árboles en algunas fachadas del ensanche. Al pasar por el Arc de triomf lo vi tan airoso y alegre como en mis viejas postales y lamenté no haberlo sacado en mi libro de la ciudad, que por cierto tiene ya avanzado el prólogo ilustrado.
Hoy he dado un corto paseo con C. por la Tamarita, hemos tomado un té por el barrio y al salir había caído una humedad que nos envolvía como un baño de vapor. C. ha escuchado mis problemas de escritura y me ha aventurado distintas posibilidades, con su mentalidad abierta y científica. También hemos hablado del panorama general, naturelich. Ayer tomé otro té con un amigo que piensa en volver a su Buenos Aires. Y le escribí a otro que podría salvarse volviendo au pays gabache, pero se ha empecinado en proseguir su inmersión aquí, para mi perplejidad.
No sé que será de nosotros, pero ha empezado a circular alrededor una fuerte oleada de humor negro. Algunos hablan de comunas, de huertos, de refugios en el campo, otros se niegan a pensar en la cuestión y se abstraen en libros y películas. 
Sé que me estoy ensimismando. Que mi desconcierto me impide seguir aquí, que crece lo que no puedo decir, que... Rufus ha estado ronroneando conmigo en el sofá mientras leía la novelita anglosajona de terror. Todas las noches quiere salir a la terraza a cazar y anoche olvidé volver a abrirle. A las tres de la madrugada me despertaron unos maullidos lejanos. Yo le maldecía entre sueños, pero de pronto me di cuenta de que se había quedado fuera. Por cierto que la gata de mi vecina se cayó del sobreático hasta el patio del colegio que hay al lado y no le pasó nada. La vecina vino a preguntarme, desesperada y yo le dije que en el colegio habían encontrado un gato gris. Su otro gato juega siempre en la terraza sin caerse, pero la gata gris no sé qué hace... Es la tercera vez que cae, "le quedan cuatro vidas", dijo ella. "Ah, cuando son paracaidistas...", le dijo el veterinario.

2 comentarios:

Paco Elvira dijo...

Menudo panorama Isabel.Y más después de leer a Manuel Castells y a Vicenç Navarro que se explica con una claridad meridiana.
Sobre los gatos-vivo en un piso muy alto-coincido contigo:hay gatos "paracaidistas" y otros que, por suerte, no se caen nunca.
Crucemos los dedos y a ver que pasa mañana.Y no me refiero al Barça-Madrid.

Belnu dijo...

Gracias por el comentario, Paco. Efectivamente, menudo panorama. Ojalá por una vez en estos tiempos delirantes predomine el buen sentido o la presión a la que alude Sarkozy o etc y no pase lo peor. Ya es bastante mala la situación.
Los gatos nos consuelan y alegran, esperemos que la suerte ayude a los paracaidistas!