Los ecos de mi activismo impetuoso y errático vuelven a brotar como los árboles que el alcalde se ha empeñado en talar y arrebatarnos, junto con toda la belleza, la historia y la memoria que nos rodeaba. Hoy he salido en BTV, bajo los árboles de la Diagonal, frente a La Vanguardia... y por suerte el cámara filmaba más a los árboles que a mí: según G. muy bien, según J. demasiado hosca e indignada; yo prefiero no verme, al margen de que J. debe de tener razón, oírme no me importa, pero aún me acosa algunas veces aquella terrible visión de mí misma metamorfoseada en Java, el monstruo de Star Wars, en el programa de Sánchez Dragó (el minuto 1:38 terrible!) Cuesta olvidar esas visiones de pesadilla; los espejos son mucho más compasivos; nos dejan ver también lo que fuimos mezclado con el paso del tiempo, fijarnos en "los restos de un antiguo esplendor", como dijo aquella mexicana entusiasta en Madrid, aludiendo a su descapotable rojo. Yo voy buscando siempre la verdad y la belleza (como diría A.R.V., con quien tengo un paseo pendiente; ayer me lo encontré en la calle y llevaba una cortina de ducha de pingüinos y un juego de plastilina para un niño) sin darme cuenta, y por eso, cuando hago fotos descubro la parte fea de las cosas, que aparece ahí mezclada y encallada...
He estado escuchando la banda sonora de Dublinesca, que parece hecha para mí, al menos la mitad: The Ronettes! Y esa canción... Seguro que mi amigo poeta y novelista entre Praga, Valencia y la Barceloneta, que mientras yo pierdo el tiempo está acabando su novela, aceptaría bailarla conmigo, aunque yo mejor sin beber porque si no yo acabaría cantándola a gritos, encima de un pódium, como en las borracheras adolescentes, riéndonos o cantando salvajemente, con esa nocturnidad alcohólica en que todo parecía posible y que dejaba un poso tan mortecino al día siguiente. O I Shall be Released que yo siempre escuchaba en la versión de Chryssie Hynde del homenaje a Bob Dylan y aquí la canta alguna otra maravillosa... Yo canturreaba también una vez en un coche, por la carretera, eso de I see my life so shining... From the west unto the east... Any day now, any day now...I shall be released. Yo que he sido prisionera en muchos sentidos y también prisionera de mí misma, siempre adoré esa canción. Y recuerdo que cuando la canté iba sentada delante en un coche americano y tenía los pies descalzos en el salpicadero. Y también ese Downtown Train deTom Waits. Y claro ese paseo por la parte oscura de la vida, que tengo que escuchar con autodisciplina férrea para que los recuerdos no se atropellen alocadamente ni se pongan de pie exigiendo atención, interpelándome. A hustle here and a hustle there... New York city is the place where they said: Hey babe, take a walk on the wild side.. O la historia de Candy came from out on the island,...In the backroom she was everybody's darling... But she never lost her head... Recuerdo que C. y yo parábamos el disco para anotar las letras que no estaban y aprendérnoslas. Pero nosotros sí habíamos perdido la cabeza. En fin, yo pude recuperarla, sólo que perdí mucho tiempo en esos paseos, esas inmersiones. Y tiene gracia que incluya The Best is Yet To Come, ese título es el reverso del mal augurio que me lanzó Jacques le Fataliste, cuando volvió a llamarme para decirme: Y no te hagas ilusiones. Lo peor está por llegar...(Frank Sinatra serviría para neutralizar esa encarnación de Jacques, pero ya encontré un experto cubano que quebró el maleficio luminosamente. It's All Right, Mamma). Me encanta esa página y lo que cuenta EVM en el apartado Para hablar de Dublinesca, y lo de la gravitas melancólica, y que cite lo de que "en el bar del gran hotel Shelbourne se draculizó con cuatro whiskies", así que estoy contenta de que mi reseña bloguera esté ahí incluida... Por cierto que cuando EVM me anunció que había puesto mi nota en su web, me dijo una frase genial sobre otra mía, el excurso que incluí hablando de Dublinesca, y quiero transcribirla aquí:
Te quiero hablar un momento de este fragmento tuyo: "la convencional Barcelona (ex-curso: me desespera ver la ciudad llena de palmones, ¿por qué todo es siempre tan uniforme y romo, tan familiar, con gente ocupada ya sólo de la comida, lo material y entregada a la repetición de unas costumbres sin preguntarse nada?)".
¿Esa metáfora de los palmones no es uno de los centros de nuestras obras? Odiábamos la Barcelona convencional de los años setenta y nos encontramos ahora que todo sigue perfectamente estúpido. Casi me parece increíble.
La idea de esos palmones multitudinarios y uniformes como el centro de nuestras obras me produjo una gran hilaridad. Puro antiHeimat irónico, como lo que le gusta a mi amigo serbio. Estuve considerando la idea de escribir algo sobre eso y leerlo en ese festival poético(feroz) sobre la ciudad que tendremos en mayo.
Por cierto, qué dibujo genial (Pancho) del supuesto funeral de la era Gutenberg en Le Canard Enchainé, con EVM inclinándose ante la tumba y Becket y Joyce de pie con sus florecillas, y donde Igor Capel acaba hablando de la jouissance de leer esa novela y de cómo EVM lo incorpora todo.
Mañana visitaré mi oráculo preferido y le llevaré mis últimos sueños apretujados. Será otro día extraño y callejero, en el que añoraré mi rutina de escritura y traducción. Para rematar, como hoy, el rato que me quede por aquí he prometido seguir ayudando a G. en un trabajo. Y luego, si tengo fuerzas, iré a una presentación de un amigo artista en la lejana plaça Prim. Mientras, procuro no perder la placidez de mi amigo seráfico.
Por cierto que mi amigo me ha escrito furioso porque el ayuntamiento ha repartido una hoja en sus buzones anunciándoles que pensaban talar los árboles de la plaça Salvador Allende para hacer un aparcamiento subterráneo. Dice: La paraula que fan servir per arboricidi és "retirada". La pobra plaça de Salvador Allende (feta per l'equip del Bohigas a principis dels 90) tot just ara que els arbres havien crescut prou i començava a semblar un lloc amable i aixoplugador de temperatures estivals i de jocs per a la canalla (a la part inferior, on hi ha els arbres, és tota tova i no té gota de ciment) esdevindrà l'avantcambra asfaltada i inhòspita d'un pàrquing (un altre!) que farà el nostre estimat ajuntament d'hereuville. Ara, això sí, una lectura positiva del cartell, en trec. Tu has aconseguit que abans de perpetrar el delicte hagin de fer una campanya de rentat d'imatge. Abans no s'haguessin ni molestat a omplir les porteries del veïnat amb els cartells. Però que no es pensin que ens renten el cervell. Mañana subiré la foto y los links.
Hay una efervescencia nocturna en Facebook. Mi amigo serbio, con quien tenemos un intercambio de metáforas negativas sobre nuestras respectivas ciudades, en plena batalla antiHeimat, me dice que un comentario mío (él habla de nuestras ciudades como enfermedades, pero a mí me parece que la metáfora de BCN es demasiado intensa y dramática y que debería ser algo más banal, como una barriga que crece) le parece digno de uno de sus escritores favoritos, "hay que relajarse y escribir", me aconseja. Hablo al mismo tiempo con un francés profe de filosofía que toca la guitarra flamenca y vive al oeste de Francia; pongo la foto de Nîmes en su honor. Y Friks pregunta qué tal fue en BTV mientras mi amiga americana me propone paseos neoyorquinos para mayo. Pero habrá que dormir.
Anoche salí a la terraza a ver el cielo con una vieja manta peluda y americana sobre el camisón, para romper esas oleadas de asfixia urbana que me asaltan a veces. Una pareja fumaba y discutía en la terraza de enfrente. No sé si fue esa observación del cielo en movimiento: masas densísimas de nubes grisáceas y refulgentes avanzaban intentando deliberadamente cubrirlo todo, pero asomaban fragmentos de cielo desnudo y escarchado, como en los poemas de Wallace Stevens. Tuve una conversación telefónica tardía y acabé mirando ese cielo. Y por alguna razón misteriosa me he despertado varias veces en la noche, sin saber cómo, como por una agitación desconocida.
Se ha creado el OBSERVATORIO de la Destrucción del paisaje Urbano de Barcelona. Lleven allí todos los casos documentados de talas y desastres, por favor. Y lean también sobre la destrucción de Vallcarca, en el blog de J.A. Millán.