jueves, 23 de noviembre de 2006

Europa y los europeos

Leo a Simona Skrabec en su brillante epílogo a un libro del poeta y ensayista esloveno Ales Debeljak aún inédito: "Europa porta el nom d'una princesa que un toro s'endugué nedant fins a una illa. Des de sempre, l'aïllament és el component principal de la seva idiosincràsia." La historia reciente confirma esa idea. Y sin embargo, había otros valores que considerábamos europeos y que teníamos la esperanza de que prosperasen, valores como la democracia y el cosmopolitismo. Había también una tradición humanista de "ciudades archipiélago" (Massimo Cacciari) en Europa y el Mediterráneo donde convivían culturas distintas, una tradición de cultura, reflexión, debate. Tal vez la historia de Europa sea la lucha entre esas dos corrientes y el siglo XX un compendio de sus dramáticos forcejeos, con resultados sangrientos y también con momentos esperanzadores. Parece que la nueva Europa, justo cuando los horrores de la política "antiterrorista" de Bush eran ya tan evidentes que el propio Blair reconoce que la guerra de Irak ha sido un desastre, se ha apuntado alegremente a esa política supuestamente antiterrorista en gestos como ese desmesurado control de seguridad de los aeropuertos, sin que los ciudadanos hayamos podido reaccionar, y lo ha hecho "secretamente", como explica en su artículo de El País Ignasi Guardans, Bombas de desodorante (El link sólo dura un día: los periódicos ahora ocultan su fondo: Internet ya no es lo que era). No suelo coincidir con I.G., pero en este caso le doy la razón. Aunque me alegra su artículo, también me preocupa coincidir. Significa que las cosas están muy mal, significa que son los valores democráticos más básicos -los que comparte todo demócrata- los que están amenazados. Ésta es en realidad una política terrorista (sin el "anti") contra los ciudadanos, que sólo busca la sumisión, la conversión de los europeos en súbditos vencidos que acaben creyendo, como dijo J.A. Millán, que los culpables son "los árabes" y que los tomemos a todos por islamistas radicales. ¿Vamos a dejar que la ausencia de una una política de fronteras fruto de la reflexión sea sustituida por una policía sin límites ni fronteras? ¿Era esa la idea de la Constitución europea? ¿Nos habrá vuelto a secuestrar el toro?

1 comentario:

Anónimo dijo...

El artículo de Guardans