jueves, 26 de octubre de 2006

Carta al Tripartit

Käthe Kollwitz, Die Überlenden He mandado esta carta a El País y El Periódico. En estas elecciones, muchos de mis amigos no van a votar. Tras darle muchas vueltas, yo he decidido votar a los de siempre, ICV, aunque sólo porque no nos dejan “vetar” (a CIU, por ejemplo), y no quiero regalar mi voto al partido que gobernó Catalunya durante 26 años y logró ponernos en la cola de Europa e incluso de España en educación, vivienda y medio ambiente. Sé que ustedes han tomado algunas medidas, tímidas e insuficientes, para corregir esos desequilibrios, aunque no hayan sabido explicarlas (sólo quienes leemos a Vicenç Navarro lo sabemos). Pero en otros casos, han actuado contra su electorado natural, como en el Túnel de Bracons, o el Carmel, o las obras que siguen destruyendo la ciudad de Barcelona, la costa y el campo en una celebración del cemento y los negocios inmobiliarios a la que no ponen coto. O como los centros comerciales, culturales e institucionales que inauguran con aparcamientos, sin transporte público, como la flamante Ciutat de la Justícia. Como las medidas de dotación económica a las escuelas con mejores calificaciones, otra forma de fomentar la desigualdad que CIU impuso. Ustedes, con su obsesión por la lengua como única inversión, con la publicitación de sus peleas y sus posicionamientos a favor del mercado y contra los ciudadanos, han desaprovechado una oportunidad histórica y han defraudado a todos aquellos que esperábamos un gobierno más de izquierdas, más social, que intentara disminuir el abismo que nos separa de Europa en educación. Decía John Kenneth Galbraith que actualmente, lo único que diferencia a la izquierda de la derecha en Occidente es la inversión en la educación. En este país, la situación educativa, como la vivienda, es vergonzosa, pero esos temas no les interesan. En sus valoraciones postelectorales nunca hablan de la abstención, pero son ustedes responsables. Nos dejan en manos de la derecha pura y dura que es CIU, con su disfraz de nacionalismo. Un nacionalismo que se centra en la lengua mientras abandona a la población y deja que se destruya el entorno, apoyando sólo a los Bancos, las grandes corporaciones, las grandes fortunas. Que ni siquiera invierte en nuevas tecnologías o en innovación empresarial. Yo sólo votaré como mal menor, contra CIU, tapándome la nariz, como hicieron los franceses con Chirac contra LePen.

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