domingo, 17 de junio de 2012

Sólo puedo leer

Foto: I.N., Mientras desayunaba, 2012
Para olvidar el dolor, que me había abandonado y ha vuelto, ese fuego sordo inexplicable de mis miserias, sólo puedo leer. Yo nunca habría imaginado que tendría que vivir este purgatorio, ni que mi aspecto me traería los recuerdos que me trae, ni que mis opciones serían tan pocas y difíciles. 
Es cierto que hay algo en el dolor (en todo dolor hay un suelo sagrado, decía Oscar Wilde) que transforma radicalmente la percepción de las cosas. En primer lugar es "the wisdom of humility. Humility is endless", y en segundo, cómo se ha revolucionado todo, cómo han caído mis muros de Jericó, cómo he comprendido autrement lo que hasta ahora sólo podía racionalizar. He tenido que rendirme, abandonar mi antigua obstinación, mi distancia, mi resentimiento, y dejarme caer en esas aguas. Todo eso me ha cambiado. En cierta manera, todo se ha llenado de luz. Y sin embargo, sarinagara, ese dolor... El dolor de dentro tiene que salir afuera, dijo Dear Prudence. Y era verdad, por más que a mí me aterrase. Un dolor muy viejo salió y se convirtió en un fuego exterior, que no me dejaba dormir, que lo concentraba todo en un punto de intensidad insoportable. Luego, cedió, y sólo hoy ha vuelto a traición, aunque sigo teniendo esperanzas de que esta vez se resuelva antes, sin llegar al clímax de hace unos días. He aprendido también a dejarme cuidar, a aceptar toda esa ayuda de J. y también de mis amigos seráficos, o los gestos solícitos de las enfermeras que me administran los tratamientos.
Cuando al fin se van las grúas (trabajan incluso en domingo y el ruido estaría prohibido en cualquier país civilizado), que suenan como un despertador de pesadilla, vuelven los pájaros y el silencio y yo intento trasladarme al mundo de los libros. Acabé la correspondencia de Gil de Biedma, que tanto me ha abstraído estos días atrás. Y entonces me puse a leer Saadat Hasan Manto, un escritor del Punyab maravilloso, traducido del urdu por Rocío Moriones para Contraseña, y aunque sus relatos estén llenos de la violenta tristeza de la Partición, me gusta mucho la forma en que sabe hablar del deseo y los encuentros, en ese mundo brutal de los márgenes, sin juzgar y a veces con ángulos magistrales para contar las cosas. Ese libro me ha transportado con fuerza y me ha permitido alejarme mucho más que los otros. Hablaría más de él si no tuviera la esperanza de reseñarlo. Después he leído La niña verde de Herbert Read, que es una novela asombrosa, entre el anarquismo y la fantasía utópica, he leído Ferragus de Balzac (pero me molesta esa imagen misógina de la pureza femenina)... Y también Vida de Manolo de Josep Pla. Cuando se me acaban los libros, busco entre mis montañas desordenadas qué puede tentarme. No todo sirve. He abandonado Borrowed Finery, unas memorias de la niñez desolada de Paula Fox porque me resultaba demasiado prolija y cansina, aunque tal vez fuese cosa mía. Tendría que buscar Lucrecio y Séneca (mi amigo serbio, que vino a verme, me recomendó que leyera a los clásicos) y unos cuentos de Charles Ferdinand Ramuz que alguien insólito me recomendó el otro día.
Me siento un tanto alejada del mundo, incapacitada para la agitación, aunque consciente de lo injusto que es todo, en este momento no tengo más remedio que dejar que sean otros los que hagan, mientras yo intento recobrar fuerzas para curarme.
Rufus me acompaña, dormita aquí y allá, siempre cerca, con su belleza ociosa. 
Hay una luz transparente, casi griega, y me gusta imaginar a mis amigos en el mar, pensar que yo volveré un día, que recobraré mi cuerpo y podré moverme libremente y que habré salido de esta larga pesadilla. Si pudiera trasladarme a entonces... 
"Tras la ventana, en la oscuridad lechosa de la tarde, las hojas bañadas del pipal se balanceaban como unos pendientes, mientras aquella muchacha dormía abrazada a Randhir tras haberse fundido con él en un estremecimiento." (Saadat Hasan Manto, "Olor").

15 comentarios:

Alain Schmit-Delmas dijo...

Terriblemente impotente aliviar el dolor, puedo sólo ofrecerte en reparto el "sol benéfico" recogido hoy sobre mi piel al borde de las aguas de Bogatell... Take care & keep smiling Bel. Alain

Ana María dijo...

Leerte transporta: tu actual situación, tu dolor físico, tu sufrimiento explicado con tus tan excelentes dotes, me facilita el acercamiento a la dulzura, al cariño, a la belleza de lo cotidiano y de lo esencial. Tantas veces de daría las gracias!!
Ana María

Dante Bertini dijo...

Tampoco yo estoy sano como lo estuve antes, aunque se que muy pronto, ya mismo tal vez, se irá esta pesadilla.

que te mejores; un beso para ti y otro para Rufus, tan cuidador y cuidadoso.

Belnu dijo...

Gracias, Dante, que te mejores tú también!

Belnu dijo...

Gracias, Alain y Anna Maria

Pitofiño dijo...

Isabel admiro la forma en la que hablas y asumes el dolor, esa naturalidad con la que casi lo conviertes en terciopelo, de tal suerte que uno vuelve a la realidad al descubrir la pesadilla.
Deseo que esa pesadilla sea lo más liviana posible. Cuídate.

Belnu dijo...

Gracias, Pedro. Ojalá, además de liviana, sea breve, porque cuesta resistir mucho tiempo!

Anónimo dijo...

Resiste Isabel! Estoy leyendo lentamente todo lo que escribes y nos tienes que seguir regalando tanta belleza, por favor. Sobre el dolor, cuando era niña y me caía,o me dolía una muela...e dí cuenta que había un pico de dolor casi imposible de soportar...y esperaba...y pasaba el infierno de lado. Sé que son cosas distintas, no quiero parecer ligera, pero quiero que pienses que todo volverá a ser distinto después de ese "pico" de dolor que estás viviendo.
Bien por Rufus! los gatos son los mejores copañeros cuando uno está mal, echo tanto de menos a mi dulce Indiana!
Sigue adelante. Besos.Pilar Lasheras.

Belnu dijo...

Ya no siento dolor como cuando escribí esto, ya puedo comer y dormir. Pero habito un cuerpo de pesadilla que no puedo reconocer y tengo que soportar sus miserias, Pilar. Sin garantías. En un largo extravio irreal. Quién sabe si lo lograré o si me quedaré a medio camino. Pero gracias!

Anónimo dijo...

Lo primera que hago ahora al levantarme es ver cómo vas, Isabel. Me alegro que tenga una mejoría. Todos los sábados viajamos para ver a mi madre a una residencia de ancianos, hace ya un año. Al principio yo no lo podía soportar, pero ahora siento una extraña dulzura por conectar, hablar, animar y, hasta reírme con ancianos que te cuentan su vida, vidas a medias algunos, otros, plenas, pero que te hacen poner los pies en la tierra y me doy cuenta de que según hayas vivido lo que te toca, tienes una vida mejor o peor.
Esta noche llegado a dormir mejor, ayer llegué a pensar que ya no iba a poder dormir.
Aparco el libro de Estefanía.
No sé si te animaré o no, si estas líneas son buenas para tí, o no, pero me gusta estar acompañarte, de algún modo.
Precioso color en la uñas de los pies! Bien, es un toque brillante y vital.
aDELANTE!, Saludos, Pilar Lasheras.

Belnu dijo...

Muchas gracias, Pilar, pero debo decirte que ni escribo todos los días, ni este post corresponde ahora sino a junio, y además, no hay que tomar esto literalmente como si fuese mi vida. A ver si me entiendes: yo uso lo autobiográfico para construir mi escritura, pero sólo digo lo que me encaja y conviene y añado lo que me falte, lo que importa es escribir. No hay que entender esto como un diario o como una pantalla de un reality show... Gracias de todos modos!

Anónimo dijo...

Buenos días, Isabel:
Te descubrí una tarde en la que me encontraba devastada por una noche más sin dormir,como consecuencia de haberme despedido, de mi trabajo, de un modo injusto,brutal y con acoso psicológico incluido. Esa tarde desoladora entraste, con aquella entrevista, como aire fresco en mi vida. Según he ido leyendo,lentamente, ese ha sido el error, tu blog, encontré a una persona especialmente sensible, culta y notable y que, desgraciadamene está pasando por momentos delicados, que lamento mucho.
Siento que se me haya interpretado mal porque:
Odio los realitys.
Me gusta pintar, escribir y por encima de todo leer.
Me fascinan lo árboles, todavía puedo ver, como el miembro amputado, los álamos talados frente a mi casa.
Y empatizo fácilmente con los demás.
Estoy en un momento de mi vida que no siento que haya salida. Me han derribado y todavía no he podido levantarme. Tu has contribuido a ver belleza donde, créeme, no la encuentro.
Te seguiré, me encantará hacerlo y te deseo lo mejor, Isabel y desde luego, la literatura es vida y la vida, literatura.
Plego. Pilar Lasheras.

Belnu dijo...

Pilar, si pudiéramos mirar los problemas vitales como un jeroglífico, relajadamente, intentando encontrar la salida... pero por desgracia, las emociones lo complican todo.
Lo del trabajo es terrible y vivimos en tiempos terribles y desesperanzados, pero yo estoy segura de que si intentas distanciarte y poner antenas para lo que salga y positivamente pensar en qué podrías hacer y qué recursos tienes, la solución saldrá, aunque sea pequeña, aunque no sea la ideal...
Para mí ahora vivir y poder andar por ahí sin molestias y con un cuerpo normal sería un motivo de gran felicidad!

Anónimo dijo...

Luna de agosto.
Vagué junto al estanque
toda la noche.

En ruiseñor
sueña que se convierte
el grácil sauce.

Los crisantemos
se incorporan, etéreos,
tras el chubasco.

Algunos haikus, para mí están sobrevalorados, pero estos de Basho, me dan paz.

Belnu dijo...

Para mí todo depende del traductor!